Ángela Ibáñez es fundadora y presidenta del directorio de Fundación Patio Vivo, una organización que busca transformar patios de jardines infantiles, escuelas, colegios y liceos, en Paisajes de Aprendizaje.
Ven el patio escolar como una herramienta pedagógica, que les permite innovar en la educación del país e impulsar el desarrollo físico, socioemocional y cognitivo de los estudiantes. Además, promueven espacios inclusivos y diversos, que incentivan la buena convivencia, el sentido de pertenencia y las habilidades del siglo XXI, como la colaboración, la creatividad y pensamiento crítico.
Desde Patio Vivo fomentan el aprendizaje al aire libre, el cuidado del medioambiente y el vínculo con la naturaleza a través de la experiencia. Cada uno de estos espacios es también una gran oportunidad para adaptar las ciudades al cambio climático desde las escuelas.
La falta de acceso a la naturaleza es una realidad que angustia a Ángela. En Chile, muchos niños y niñas solo tienen oportunidad de jugar al aire libre en patios escolares de cemento, rodeados de metal y asfalto. Estos espacios estériles y calurosos, sin árboles ni biodiversidad, son un caldo de cultivo para problemas de convivencia y una desconexión profunda con el medio ambiente.
La visión de Ángela se llena de tristeza al pensar que estas condiciones pueden definir la infancia de miles de niños y niñas. Sin oportunidades de explorar la naturaleza, de jugar bajo la sombra de un árbol o de descubrir la vida en un jardín, estos pequeños seres humanos crecen sin una conexión fundamental con el mundo que los rodea. La ausencia de espacios naturales en la educación es un problema que requiere solución.
Pero Ángela no se rindió. Con determinación y pasión, fundó la Fundación Patio Vivo, convencida de que el juego en la naturaleza es esencial para el desarrollo sano de las personas. Su misión es transformar patios escolares en espacios llenos de vida, donde niños y niñas puedan descubrir, conocer y amar la naturaleza. A través de su trabajo, Ángela ha visto cómo la educación crece en un terreno fértil, cuando los estudiantes se conectan con el medioambiente y se involucran en su cuidado.
Desde la Fundación Patio Vivo, Ángela ha logrado llegar a las niñas y niños más vulnerables de la sociedad, demostrando que los colegios pueden ser lugares donde aprender a cuidar la naturaleza desde la experiencia. Su visión es ambiciosa: transformar patios escolares en corredores ecológicos para la biodiversidad en la ciudad, construyendo ciudades más resilientes frente a la crisis ambiental.
“Si cada escuela o jardín infantil transforma su patio, comenzaremos a generar una red de patios y jardines vivos que se conformarán como un corredor ecológico para la biodiversidad en la ciudad”, afirma Ángela. Con su liderazgo y compromiso, Ángela está cambiando la forma en que pensamos sobre la educación y el medio ambiente, demostrando que la conexión con la naturaleza es fundamental para el bienestar de nuestras comunidades.
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