Abordar la violencia contra las mujeres, denunciarla y buscar cómo erradicarla. Esta es parte de la cruzada de la asistente social y maestra de artes marciales, Catalina Cabrera.

Premio Mujer Impacta 2018, Catalina ofrece de forma voluntaria clases gratuitas de defensa personal a mujeres y adultos mayores que han sido víctimas de violencia. Presta apoyo, además, a sobrevivientes de femicidio en Arica.

Pese a que lo que la empujó a iniciarse en esas actividades fue una experiencia personal compleja, de su historia prácticamente no habla, porque para ella es importante el presente. “Es la historia que tú vas a construir hasta mañana”, sostiene.

Para ella, las artes marciales la han llevado a una visión distinta de su vida y la han ayudado a reconstruirse. Además, su labor le ha entregado una respuesta que considera “súper bonita”: entre sus alumnas y exalumnas están mujeres empresarias, otras que se lanzaron a la política y que siempre le agradecen lo que aprendieron en defensa personal.

Hoy, dice “aquí estoy, articulando a las mujeres como siempre, para que salgan de su círculo de violencia”, comenta Catalina, añadiendo que en los últimos años “se han articulado otras formas para que las mujeres salgan de su círculo de violencia”.

Catalina recuerda que en Chile existe el servicio 1455 que atiende las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y que se creó para que cualquier persona que conozca la situación de violencia en un determinado hogar puedan hacerla de forma anónima.

Esta Mujer Impacta también comenta que actualmente el SernamEG cuenta con 111 centros de la mujer en todo el país, además de 43 casas de acogida para mujeres que están en riesgo por situaciones violencia extrema. No obstante, recalca que estas son “insuficientes” y que “necesitan contar con más herramientas de contención emocional, resguardo y horarios que sean más dignos”.

Sin embargo, Catalina recuerda que durante la pandemia muchas personas han tenido que vivir con sus agresores, por lo que ha hecho un llamado a todos a buscar canales de atención y apoyo a víctimas de violencia y a no quedarse callados. “Estamos movilizando a las mujeres a no tener miedo a denunciar. Para que resguarden la integridad de las mujeres y también la de sus hijos y familias”, expone.

Para Catalina, también es fundamental visibilizar otros tipos de violencia: contra los hombres, así como los límites que se les imponen por estereotipos como “un hombre no llora”. “No podemos violentar al hombre agredido solo por ser una minoría”, sostiene, concluyendo que para vivir en un país mejor, se deben combatir todas las formas de violencia.