“Mi sueño, mi proyecto a futuro, es que este hogar que hicimos se mantenga en el tiempo, que sea un legado para los niños de Chile”.

Loreto Pozo es presidenta de Alas para Chile, una iniciativa cuyo principal proyecto es un hogar destinado a acoger a niños y niñas de regiones que requieren intervenciones neuroquirúrgicas complejas.

Es una propuesta multidisciplinaria que tiene por objetivo promover la equidad de oportunidades, en todos los ámbitos del desarrollo humano, a través de diversos programas sociales.

En Alas para Chile no solo apoyan el bienestar de sus pacientes, sino que también contribuyen al fortalecimiento de la salud pública de nuestro país.

Loreto conoció el dolor y la desesperanza de primera mano cuando su hermano fue diagnosticado con un hemangiopericitoma, un tumor cerebral que amenazaba con cambiar su vida para siempre. La operación fue un momento crucial, y la posibilidad de que no sobreviviera era una realidad que Loreto no podía aceptar. En un momento de profunda angustia, hizo una promesa a Dios: si su hermano se recuperaba, dedicaría su vida a ayudar a los demás.

La recuperación de su hermano fue un milagro, pero la experiencia dejó una huella profunda en Loreto. Al visitar a su hermano en el hospital, se dio cuenta de la cantidad de niños enfermos que luchaban por su vida, y de los padres que vivían en la desesperanza por no poder acceder a la atención médica que necesitaban. La realidad era cruel: muchos de esos niños morían esperando. Loreto sabía que no podía cruzarse de brazos frente a tanto sufrimiento.

Fue entonces cuando nació Alas para Chile, una organización que busca brindar apoyo a niños con enfermedades complejas y a sus familias. Junto a un equipo comprometido, Loreto creó un Hogar de Acogida en Santiago, donde niños de regiones pueden recibir atención médica especializada, especialmente en neurocirugía. Un proyecto que, en definitiva, alivia la saturación de los hogares de acogida del Ministerio de Salud.

Además de su trabajo en el Hogar de Acogida, Alas para Chile también tiene un impacto significativo en escuelas rurales, donde trabajan con niños, docentes y equipo directivo para generar un cambio transversal en la comunidad educativa. El enfoque de Loreto en la atención integral y el apoyo a las familias ha demostrado ser clave para disminuir el impacto psicológico y económico en los pacientes y sus seres queridos.

Para Loreto, ver el rostro de las familias que llegan al Hogar de Acogida es un recordatorio constante de la importancia de su trabajo. “No pueden creer el lugar que se habilitó para recibirlos. La diferencia y agradecimiento es tremendo cuando se les proporciona un espacio digno y acogedor en la vida de aquellos que han estado acostumbrados a dormir en una silla”. La dedicación de Loreto es un testimonio de la transformación que puede surgir del sufrimiento y la compasión.

Dirección:

Luis Carrera 1289, oficina 204, Vitacura

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