La sequía, dice Natalia Rebolledo, Premio Mujer Impacta 2020, “es un tema dramático que como sociedad tenemos que abordar”.

La invitada de esta semana al programa Ciudadanas que Impactan en ADN afirma que se trata de un tema “muy complejo” en la región de Coquimbo, donde trabaja. Ahí, “127.000 estudiantes han nacido en sequía, estamos con escasez hídrica hace más de 20 años. Esto enfrenta a las personas a una serie de escenarios de injusticia”, sostiene.  

Natalia es creadora de la Fundación Un Alto en el Desierto, que trabaja para formar redes con la comunidad local, las escuelas, universidades, autoridades y empresas en torno a la reutilización del agua para hacer frente a la crisis hídrica que está viviendo el norte de Chile.  “Debemos tomar acciones para lidiar con esos problemas, y desde la fundación lo hemos hecho”, puntúa.

Natalia detalla que su fundación ha sido la primera en la región en reutilizar agua. “Trabajamos en base a la cosecha y reutilización de agua de distintos orígenes”, comenta. Actualmente, cuenta con una red de 15 escuelas rurales que reciclan “aguas grises” (5.000 litros al día), gracias a un sistema diseñado entre la fundación, la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle.

Se les llama “aguas grises” a las que se originan, por ejemplo, en el uso de lavadoras, el lavamanos y la ducha. Esto permite desviar el alcantarillado de estas tres fuentes y llevarlo a un fondo común. Ahí, se acumula el agua y se trata con un filtro especial, que permite tras unos días reutilizar el recurso en acciones como el riego de árboles frutales y ornamentales.

Gracias a este sistema, detalla Natalia, su fundación ha podido ahorrar el equivalente a 100 camiones aljibe al año, sólo con 15 establecimientos. Estos son principalmente escuelas rurales de la región que presentan carencia de agua potable y una vulnerabilidad mayor al 80%. Se calcula que más de 7.000 personas se han visto beneficiadas con esta iniciativa.

“Si eso lo logramos con solo 15 escuelas, imagínense lo que podríamos hacer con todas las escuelas y todos los lugares de Chile”, añade nuestra Mujer Impacta.

Respecto de cómo ha trabajado en su iniciativa desde que inició la pandemia, Natalia comenta que “los tiempos de crisis nos hacen pensar en buenas ideas” y que ha trasladado el reciclaje de aguas grises a las casas, principalmente reutilizando el agua proveniente de las lavadoras.  

Al ser cuestionada sobre cómo este tema debe ser incorporado en la Nueva Constitución, sostiene que es algo “imprescindible”. “Yo diría que lo que tenemos que decir a las personas es: tengamos límites. No podemos sobrepasar los límites de la naturaleza. Tenemos que encontrar formas de organizarnos que vayan en sintonía con ésta”, concluye.