“Lo que hago me gustaría que quedara como una huella para el futuro de los niños. Que los niños lo repliquen en sus familias, comunidades y también en su futuro”.

Silvia Letelier es la creadora de Cosechadores de Agua, una iniciativa que trabaja día a día por el medioambiente, reciclando el agua de lluvia a través de estanques y canaletas para proporcionar riego a huertos ecológicos. 

Durante décadas ha inculcado el respeto y admiración por el medio ambiente a los niños y niñas de la comuna de Paine, siempre movilizada por la escasez hídrica que han sufrido diversos territorios del país. 

Desde Cosechadores de Agua han logrado una rápida propagación de su proyecto, logrando establecerse en establecimientos educacionales y trabajar activamente con niños, niñas y adolescentes, llegando incluso a sus familias.

La sequía que azota a diversos territorios del país es un desafío nacional que ha tocado el corazón de Silvia. Año tras año, se implementan iniciativas en diferentes niveles para poder salvar el agua de nuestros territorios, pero nada parece revertir los altísimos índices de sequía que tenemos. La situación es desoladora: familias que luchan por sobrevivir, niños que crecen sin acceso a agua potable, y un futuro incierto para las generaciones venideras.

Durante años, Silvia luchó por concientizar a niños y niñas sobre temas medioambientales, incluso sacrificando sus fines de semana para impartir talleres. Sin embargo, al llegar su jubilación, se sintió incompleta, con la sensación de que su tarea estaba lejos de terminar. El sentimiento de vacío y frustración la acompañó, pero su corazón no se rindió.

No aguantó ni dos meses en su casa cuando decidió replicar un proyecto que ya había comenzado hace algún tiempo: Cosechadores de Agua. Su iniciativa está dedicada a instalar canaletas en los techos de liceos para recolectar aguas lluvia. Con esta, se riegan huertos escolares hechos por los mismos alumnos, y se cosechan frutas y verduras para la comunidad. Así, Silvia ha podido inculcar respeto y admiración por el medio ambiente a los niños y niñas de la zona.

“Yo sabía que este proyecto iba a salir adelante por la motivación de los niños”. Es una convencida de que la clave está en las niñeces, y que esa es la forma que tienen de llegar a sus familias y aumentar el alcance con el resto de la comunidad. ”Los niños y niñas llevan esta información a sus casas y dicen ‘mamá, cosechamos agua lluvia, tenemos que cuidar el agua’. Porque todo esto no se trata sólo de juntar agua, sino que también de cómo darle buen uso”.

En definitiva, la iniciativa ha tenido éxito, y es que aunque en los hogares no hay estanques con la misma capacidad que tienen los colegios, Silvia ha visto cómo las familias comenzaron a recurrir a la imaginación para poder recolectar agua: desde ollas y tarros, a tinas viejas y lavadoras en desuso.

Dirección:

Luis Carrera 1289, oficina 204, Vitacura

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