“La literatura desde muy temprana edad permite abrir mundos, enriquecer el lenguaje, genera empatía con otras historias y vivencias, despierta la imaginación, cultiva la concentración…”, afirma Natacha Valenzuela, Premio Mujer Impacta 2020 por su iniciativa Historias para Todos.

La invitada de este martes a nuestro bloque semanal “Ciudadanas que impactan” en ADN Radio (https://www.adnradio.cl/) junto a los periodistas Aldo Schiappacasse y Sandra Zeballos afirmó que la literatura siempre fue algo que le fascinó y por lo mismo, cuando supo que la infancia sorda no conoce el español y, por ende, la lectura como los demás la conocen, resolvió actuar. 

Tomó algunos libros de cuentos que había escrito y junto a un grupo en Viña del Mar los convirtió en varias obras literarias adaptadas para la comunidad sorda: videolibros en lengua de señas. 

“Me da mucha lata cuando los papás no leen los cuentos a los niños… Yo leo cuentos a los míos desde que tenían un día. En el caso de la infancia sorda es incluso peor, porque no hay mucho material destinado para ellos”, sostuvo.  

Para la infancia sorda, es muy difícil tener acceso a la lectura. Los niños y las niñas sordas primero deben aprender a comunicarse con la lengua de señas, su lengua nativa. Después de eso, recién comienzan el aprendizaje del español y no es fácil, pues no tienen con qué asociar cada letra (al no escucharlas, no la asocian a ningún sonido). Lo que hacen es asociar conceptos, por ello su comprensión lectora suele ser baja, por lo cual las historias infantiles para ellos deben ser simples.

Cuando Natacha buscó videolibros para la infancia sorda, en toda la web solo había unos ocho cuentos contados en Lengua de Señas Chilena, de manera muy artesanal, con un power point detrás, mala imagen, y difíciles de encontrar. 

Buscó, entonces, experiencias internacionales. Se encontró con Videolibros en Argentina, una asociación que se dedica a realizar video libros infantiles. Le gustó mucho el formato, con la narradora en grande y unas pequeñas animaciones. 

Pero ahí descubrió otro escollo: la lengua de señas es diferente en cada país, por lo que un cuento adaptado en Argentina no sirve para Chile. Incluso al interior de un país las distintas personas con problemas de audición pueden usar símbolos distintos, según los modismos regionales. 

“Entonces decidí realizar mis propios videolibros. Llamé al profesor del Centro de Estudios para Sordos y le propuse que hiciéramos un videolibro. Recuerdo que le empecé a hablar y él me dijo algo muy triste: “claro que te apoyo…pero aquí siempre llegan personas con proyectos y después no pasa nada”. Le aseguré que no sería así”, contó en la radio. 

Para Natacha Valenzuela es fundamental que los cuentos lleguen no solo a los niños, sino también a los jóvenes y adultos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discapacidad 2015, el número de personas con discapacidad auditiva en nuestro país es de 383.002, de las cuales 248.949 son casos severos (el, 1, 4% de la población). 

Hoy cuenta con 20 cuentos en su página web (www.historiasparatodos.cl). Sin embargo, como planteó a ADN, “sigue siendo difícil buscar financiamiento para hacer videocuentos y, además, encontrar historias, porque muchas tienen derecho de autor y por parte de las editoriales no suele haber interés en generar videolibros en lengua de señas”. 

“Es muy duro, pero hay que seguir haciéndolo, porque todos tienen derecho a la lectura”, concluyó.