Para Marisol Alarcón existe una “ironía” difícil de entender: “las impulsoras del código son mujeres. Detrás de equipo y lenguaje computacional están las mujeres. Hasta que en algún momento de la historia empezaron a dejar a las mujeres fuera de esa industria”.

Premio Mujer Impacta 2020 por la iniciativa Laboratoria, Marisol fue la invitada de esta semana al programa Ciudadanas que Impactan, en ADN Radio, donde expuso que “no había una razón objetiva para que las mujeres quedaran al margen de las tecnologías. Todo se trataba de un factor cultural”.

Ecuatoriana, Marisol llegó a Chile en los años 1990 y desde joven le ha importado acortar la brecha de género entre hombres y mujeres. “En mi casa, en mi vida en general, todo era muy parejo, pero yo veía la diferencia que se producía en la sociedad”, explicó. 

Mientras estudiaba un máster en administración pública en Columbia, Estados Unidos, Marisol conoció a seis personas clave para su futuro. Luego de haber trabajado en instituciones sociales, como Techo y en organizaciones de gobierno, como la Intendencia Metropolitana, nunca pensó que, en unos años, seis amigos serían los socios con los que formaría un emprendimiento tecnológico que revolucionaría Latinoamérica: Laboratoria, una start-up que capacita a mujeres en desarrollo y programación.

“Identificamos ese espacio no solo para quienes merecían estar ahí para poder crear productos y servicios, sino como un espacio de oportunidades para que las mujeres puedan salir adelante, especialmente aquellas que no han podido hacerlo antes por falta de oportunidades”, sostuvo Marisol.

Mientras las estudiantes se capacitan en tecnología con esta entidad, no cancelan absolutamente nada. Solo cuando logran conseguir un trabajo en las áreas en que se han formado, pagan la educación que recibieron. “Se trata de un modelo de educación transformador y distinto. Porque el cambio social es permanente”, comentó Marisol.

“Es un modelo accesible, diseñado para personas que no han tenido suficientes oportunidades y por otro lado es un modelo de educación responsable, que responde a lo que promete. Lamentablemente muchos chilenos estudian en la universidad, pero eso no siempre se traduce en que luego consigan buenos trabajos vinculados a su formación”, afirmó. 

Los principales ingresos de Laboratoria a nivel mundial provienen de donaciones y de la capacitación tecnológica a mujeres, fundamentalmente de estratos socioeconómicos bajos. En 2020 obtuvieron US$ 2,5 millones en donaciones, muchas provenientes de entidades globales como Google, BlackRock o el Banco Interamericano de Desarrollo. Su facturación por capacitación fue cercana a US$ 1,5 millones en todos los países en que opera.  

Laboratoria Chile tiene 2.000 estudiantes egresadas y desde 2018, la colocación laboral alcanza casi el 78%. La idea es aumentar cada vez más los ingresos por este concepto y no depender tanto de las donaciones. De hecho, en Chile ese ítem ya alcanza el 50%, siendo el mayor con respecto a los otros países.

“Este número demuestra que hemos cumplido la promesa de transformación, que no era aprender a programar, sino empezar a trabajar y hacer carrera en tecnología”, concluyó.