Cuando Bárbara Soto (37) estaba recién egresada de periodismo y trabajando para en canal La Red, un día le llegó un mail de Enseña Chile. “¿Quieres cambiar la educación en dos años haciendo clases?”, decía el asunto. Postuló y así fue parte de la primera generación del proyecto trabajando en Peñalolén. Desde entonces comenzó a describirse a sí misma como periodista de profesión y profesora por vocación, cuestión que con el tiempo cambió: estudió pedagogía en literatura, es diplomada en Educación en Contexto de Vulnerabilidad y máster en Derecho de la Niñez; Creadora del programa Yo elijo Afterschool, ex SEREMI de educación y ex directora regional de Mejor Niñez. Hoy está a cargo de Akademi App.

Segunda hija de Andrés, marino mercante e Ignacia, fue criada con la creencia de que podía lograrlo todo. La mayor parte de su vida escolar la pasó en la Academia Iquique, un establecimiento de altas expectativas. “En nuestro colegio nos dijeron que podíamos lograrlo todo”, recuerda. Y así tomó cada proyecto que emprendió. De hecho cuando fue a la entrevista de Enseña Chile, Tomás Recart, su director ejecutivo, dijo: “O esta galla cambia la educación o es un muy buen bluff”, según recuerda Bárbara. El programa consistía en pasar dos años haciendo clases en colegios vulnerables, tras un intensivo de un mes sobre educación.

Fue el segundo medio del Centro Educacional de Valle Hermoso de Peñalolén, el curso del que se hizo cargo. Tenía alumnos repitentes y expulsados de hasta 19 años. “¡Ay! si se va a ir igual”, escuchó los primeros días.

Comenzó pintando la sala de verde limón, el color que los alumnos querían. Luego de obtener únicamente rojos en ciencias, los obligó a estudiar, quedándose hasta las ocho de la noche para que al final lograran que la nota más baja fuera un 5,8. Hizo lo mismo con matemáticas. “Un día pregunté quién había leído un libro y sólo una alumna levantó la mano”, dice.

En su último año de periodismo leyó El pecado de El Rucio. Las claves del crimen de Hans Pozo, y creyó que sus alumnos se podían relacionar más con su historia que con los libros del currículum escolar. “Le pedí a todos luca y fui a anillar fotocopias de mi libro, costaban $1.100 cada una”, recuerda. Según su relato ni en los recreos se pudieron despegar de las páginas y llegaron a análisis profundos como que todos fueron culpables en el caso, en ensayos de hasta ocho páginas en una sola prueba.

“Hasta mis fines de semana empecé a pasar con ellos, no quería que se fueran para otro lado si íbamos tan bien en la semana”, cuenta. Creó el día del alumno y los tuvo hasta las 2 AM ensayando una coreografía de Michael Jackson, ganaron todo. El segundo año sacó el mejor puntaje SIMCE de la comuna y un reconocimiento de Claudio Orrego, en ese entonces alcalde.

Terminado el programa, a sus 24 años, formó el After School Yo Elijo, luego de la pasantía que realizó sobre Liderazgo y Visión Inspiradora para la Sala de Clases en EE. UU. a través de la red Teach For All. El programa contaba con dos brazos: el preuniversitario y la formación de carácter. El primer año tres alumnos entraron a la universidad, el segundo nueve y el tercero, el 96% del programa.

Por todo este trabajo fue reconocida como emprendedora social de Mujer Impacta en 2015, red en la que encontró a grandes aliadas como Claudia Caroca con quien llevó el proyecto Yo Elijo a las cárceles. También conoció a la Hermana Nora, quien posteriormente ofició la ceremonia de su matrimonio, además de otras grandes trabajadoras de la educación.

“Me abanderé del bullying”

En 2018 fue SEREMI de educación. Recorrió 1.718 colegios y –según cuenta– “entendí que los niños tienen pena”. En medio de su mandato Katy Winter se quitó la vida. “Sus padres, Leli y Emanuel me invitaron a su casa y ahí me abanderé del bullying”, relata. Estableció una mesa, donde destaca las iniciativas Volando en V y Katy Summer, a cargo de emprendedoras sociales de la red Mujer Impacta, creando proyectos como un diccionario contra el acoso, la Ley de Ciberacoso, seminarios a más de 3.700 colegios. Ingresó al calendario académico el día del ciberacoso, de la felicidad, amistad, amabilidad y el mes de la convivencia.

Luego de salir de SEREMI, tuvo un paso por la municipalidad de Santiago. “El gran logró de nuestro equipo es que el Instituto Nacional sea mixto”. Saliendo de la alcaldía se aproximaba el 1 de octubre de 2021, día que comenzó a operar el Servicio Nacional de Mejor Niñez, así que postuló a la Alta Dirección Pública y quedó.

Hoy dedica su tiempo a la plataforma latinoamericana Akademi, que busca reforzar las habilidades, matemáticas, letras y ejecutivas de alumnos entre 1° y 4° básico. Evaluando la ruta de aprendizaje de cada escolar se enseña a través de juegos, esquemas, entre otros, por sólo 15 minutos diarios, contando el tiempo en pantalla. “Los resultados preliminares nos muestran que en 10 días el 100% mejora, en mayor o menor nivel, pero siempre hay una mejora”, relata Bárbara.

Si es que pierde el rumbo “en Mujer Impacta recuerdo mi propósito, porque a donde voy hay una Mujer Impacta cambiando el mundo y me motiva a trabajar por los niños, niñas y adolescentes”.