Del dolor a un OASIS de esperanza

Hay historias que nunca deberían pasar. Historias que rompen el alma. Pero también hay madres que, desde ese abismo, decidimos no rendirnos y transformar el dolor más profundo en una fuerza de vida.

Hace siete años perdimos a nuestra hija Katy, quien murió por suicidio tras vivir una intensa experiencia de ciberacoso. Todo se detuvo. La vida cambió para siempre. Y aunque el cambio es parte de la vida, en ese momento, sobrevivir y mantenernos unidos como familia fue lo único que importó.

Junto a Emanuel, mi esposo, pasamos de preguntarnos en qué fallamos a asumir una nueva responsabilidad: ¿Qué podemos hacer para evitar que otras familias vivan lo mismo? Así nació la Fundación Katy Summer.

Las madres somos valientes, pero si tocan a un hijo, la valentía se multiplica. Empezamos a hablar de lo que muchos prefieren callar: el suicidio juvenil. Aunque temblaba, me paré frente a autoridades, colegios, universidades y empresas para decir, con amor y evidencia, que esto puede prevenirse. Hoy, según MINSAL, 1 de cada 5 personas en Chile vivirá el suicidio de un ser querido, cercano o conocido. Pero también podemos actuar antes.

Primero vino la charla Yo Elijo Salvar, luego el libro con el mismo nombre: un testimonio que recoge no solo nuestra historia, sino la de miles de adolescentes que luchan en silencio, y la de adultos que están aprendiendo a escuchar. Hoy se usa en colegios para hablar de ciberacoso, salud mental y resiliencia.

En 2022 creamos OASIS, una herramienta práctica y accesible para aprender a contener emocionalmente a alguien en crisis. Desde entonces, hemos capacitado a más de 11.000 personas. Como decía Humberto Maturana, “la cultura cambia cuando cambian las conversaciones”. Y eso es lo que buscamos.

Desde 2019, junto a Emanuel, hemos llegado a más de 500 instituciones y 300.000 personas. Esta ha sido nuestra forma de amar. Como dice Ximena Dávila: “Amar es dejar aparecer”, y queremos que aparezca ese ser solidario que muchas veces queda dormido en nosotros.

La vida a veces parece un desierto. Pero si sembramos OASIS, el camino se vuelve más habitable.