El fenómeno del bullying o acoso escolar es de alta prevalencia en Chile. Hasta un 85% de los escolares afirma haberlo sufrido, según un estudio de la Universidad Católica. El tipo de colegio ya sea municipalizado, subvencionado o particular, no influye en las conductas de violencia de sus estudiantes.

Ese fenómeno no preocupa solamente a los escolares, sino también a los padres y a los educadores. Es por esto que, en el cierre del mes de mayo, que busca visibilizar la lucha contra el bullying, conversamos con dos de nuestras Mujeres Impacta que tratan este tema: Andrea Henríquez, de Volando en V (Premio Mujer Impacta 2018) y Evanyely Zamorano, de la Fundación Summer (galardonada en 2020).

Las dos se han enfrentado al problema desde veredas distintas. Andrea sufrió acoso escolar cuando era niña, mientras que Evanyely sufrió la pérdida de su hija, Katy, por suicidio tras una serie de episodios de bullying y ciberbullying.

Andrea comenta que “la única posibilidad de llevar a cabo el desarrollo integral de los estudiantes, es decir, académico, emocional, social, etc., es asegurando que los colegios sean espacios seguros, felices y estables”. “En ese sentido, la convivencia escolar sana es esencial. Donde hay maltrato y acoso hay sí o sí inseguridad, hay violencia y se pierden las condiciones que se necesitan para el desarrollo integral. Es esencial proteger la infancia y la etapa escolar sanamente”, afirma.

Además, si se piensa hacia el futuro, “tanto víctimas como agresores sufren consecuencias que pueden afectarlos a largo plazo y determinan la forma en que interactúan en la sociedad. Agresores que están acostumbrados a triunfar a través de la violencia. Espectadores que se convierten en insensibles ante el dolor ajeno. Víctimas que actúan a la defensiva y con inseguridad”, concluye Andrea. 

En la misma línea, Evanyely hace un llamado a no tomar el acoso como algo normal. “Necesitamos ser testigo salvador. Ser capaces de levantar la mano ante esos casos de violencia. Necesitamos que algo les toque el corazón. Que sepan que sí pueden hacer algo”, comenta, añadiendo que su gran llamado es “Yo elijo salvar”.

Dicha frase, lema de su fundación, es también el título de su reciente libro publicado por la Editorial Aguilar, en el que relata su historia personal. Ahí narra que tras el fallecimiento de su hija, comenzó a formar una red integrada por expertos en el tema del bullying y ciberbullying. Que mientras su red se iba ampliando, se enteraba “de más y más casos de suicidios de niños, niñas, jóvenes, por motivos similares a los de Katy”. Y que, en parte por eso, creó su fundación para luchar contra el bullying.

Un fenómeno complejo

María Paz Tagle, directora de Mujer Impacta, afirma que “la educación de calidad, una infancia sana y la seguridad son importantes para la vida de cualquier individuo. Por eso en nuestra fundación hemos reconocido en los últimos años a mujeres que trabajan esas temáticas, como Andrea y Evanyely. Para nosotras, es fundamental que el fenómeno del acoso y ciberacoso sean combatidos para que formemos mejores sociedades”.

Pero para poder combatirlo, hay que entender la complejidad del fenómeno. El acoso en el colegio comienza generalmente en las relaciones cara a cara. Y se suele prolongar al ámbito online. Suele tratarse de una dinámica de abuso y violencia en escolares ejercido por los mismos pares.

En nuestro país, el MINEDUC ha realizado diversos y múltiples esfuerzos para abordar el tema. Estos incluyen la creación de la comisión de formación ciudadana, la política de convivencia escolar, materiales de apoyo para la convivencia escolar (reglamento de convivencia y resolución de conflictos), la constitución de consejos escolares y proyectos piloto, entre otros.

El MINEDUC recomienda seis acciones básicas que deberían ponerse en práctica en los diferentes establecimientos educacionales de nuestro país: 1) Romper la ley del silencio; 2) contar con normas claras y consistentes; 3) presencia y compromiso de los adultos; 4) mayor supervisión en los recreos; 5) desarrollar habilidades para resolver pacíficamente los conflictos y 6) enfrentar los prejuicios y la intolerancia.

En los últimos años, también se ha evidenciado la importancia de abordar el cyberbullying. En especial cuando en Chile más del 50% de los niños adquiere un dispositivo para acceder a Internet antes de los nueve años.

Tanto Andrea como Evanyely destacan que hay nuevas tendencias en el fenómeno del bullying y que, durante la pandemia, el cyberbullying ha aumentado.

Una encuesta realizada por la empresa StatKnows, en colaboración con el Centro de Estudios en Bienestar y Convivencia Social de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo -con financiamiento de Fundación Katy Summer- y el Ministerio de Salud, reveló que el 45% de los estudiantes en la Región Metropolitana ha sido acosado en internet al menos una vez durante la cuarentena. 49% de los jóvenes de entre 15 y 19 años declaró haber sido víctima de ciberacoso. La cifra sube al 51% entre los de 25 y 29 años y alcanza el 55% entre los de 20 y 24 años.

Por otra parte, según un catastro hecho por la Superintendencia de Educación, las principales víctimas del cyberbullying son mujeres. Al respecto, la Fundación Summer denuncia que, durante la pandemia, muchas parejas comparten fotos íntimas y que a posteriori hay hombres que utilizan esas imágenes para humillar a su polola o expolola.