Pamela Prett fue premiada por Mujer Impacta en el año 2016. Su historia representa la lucha de muchas mujeres, madres. Durante años se ha visto enfrentada a situaciones que le producían rabia y dolor, muchas veces tuvo que tragarse la impotencia al ver que su familia no podía entrar a un restaurante o ir al cine porque no tenía rampa. Pamela es madre de cuatro hijos, dos de ellos con discapacidad. 

Pamela vio en la denuncia una forma de empoderarse en vez de quedarse con los brazos cruzados. Pero luego se fue dando cuenta de que había mucha ignorancia frente al tema de la inclusión y que el único modo de combatir dicha ignorancia era necesario proponer soluciones. 

Sin ningún conocimiento previo al respecto, comenzó a estudiar las normativas y leyes sobre discapacidad y en 1999 creó la Corporación Ciudad Accesible. Luego de constituirse como tal, un equipo de voluntarias se fue uniendo a su causa, todas relacionadas de una forma u otra con la discapacidad. Actualmente, además de generar material para instituciones públicas y privadas, realizan charlas, talleres sobre discapacidad y diagnósticos a proyectos arquitectónicos, etc. Incluso asesoraron al equipo organizador del conocido festival Lollapalooza en Chile para que fuera completamente accesible, incorporando intérpretes de lengua de señas en los escenarios. También gestionaron la normativa que aplica a los estacionamientos para personas con discapacidad. “Le puedes cambiar la vida a una persona al diseñar lugares accesibles: estás determinando si tienen trabajo o no, si pueden ir al colegio o no, qué nivel de autonomía podrán tener. Hoy en día hay una tecnología espectacular que no existía antes, sólo se necesita voluntad y empatía”. 

Conversamos con Pamela para conocer más sobre Ciudad Accesible y la realidad que se vive en nuestro país hoy en torno a este tema.

¿Cómo nace Ciudad Accesible? 

PP: Ciudad Accesible nace como organización después de algunos años de luchas personales contra una ciudad y edificios que no respondían a las necesidades de circulación que mi familia requería. De mis 4 hijos, dos de ellos se movilizan en silla de ruedas, y esta situación provocaba tremendos problemas que se originaban, no por sus discapacidades, sino por lo inaccesible de los entornos.  Eran años donde se podía afirmar que el 100% de los edificios y calles eran inaccesibles para una silla de ruedas. 

Existiendo una normativa al respecto comencé a denunciar su incumplimiento a través de una página web, único mecanismo posible de difusión en aquellas épocas. La respuesta a esa página web, en años donde internet se iniciaba en el país, me permitió comprender que el tema de “accesibilidad” era completamente desconocido por las autoridades, y peor aún, por los profesionales a cargo del diseño de la infraestructura y el urbanismo. El giro lo hice hacia la promoción de la accesibilidad y el diseño universal como herramienta para crear ciudades y entornos donde las personas con discapacidad pudieran desarrollarse en igualdad de condiciones. Siempre entendí que la discapacidad de las personas estaba impuesta en gran medida por la infraestructura y las comunicaciones.

Con los años se sumaron más mujeres a Ciudad Accesible y hoy son parte fundamental para mantenernos vigentes como única organización social sin fines de lucro que promueve la accesibilidad universal en Chile. A todas nos une la experiencia de ser madres de hijos con discapacidad y el estudio permanente de tendencias y soluciones.

¿Es Chile un país inclusivo en términos de accesibilidad? ¿Ves que hoy sea un tema que está en la agenda país? 

PP: La respuesta es muy subjetiva. Las personas que hoy comienzan a vivir una situación de discapacidad van a encontrar de golpe una ciudad hostil y van a sentir una gran discriminación en su contra. Mirado desde la perspectiva del tiempo puedo afirmar responsablemente que hemos avanzado mucho. Si bien las soluciones que se han dado en estos últimos 30 años no son de la calidad que esperábamos, hoy tenemos mejores espacios en cuanto a accesibilidad. Los mayores cambios se han visto desde las últimas normativas, más estrictas y rigurosas que han obligado a muchos profesionales a aceptar la accesibilidad como un componente de inicio y no como parches agregados al final del proyecto. Nos falta entender e incorporar que la accesibilidad, enfocada desde los principios del diseño universal, es la herramienta que soluciona no solo gran parte de las dificultades de las personas con discapacidad sino que favorece a todos sus habitantes.

No es un tema que esté presente en la agenda país, requiere ser parte de las políticas públicas y tal vez se logre en la medida que las autoridades comprendan la importancia de la accesibilidad en la calidad de vida de los adultos mayores, para el turismo y muchos otros factores donde tiene una enorme incidencia a nivel país.

¿Cómo está trabajando Ciudad Accesible durante la pandemia? 

PP: Estamos levantando temas y recordando a las autoridades y agrupaciones influyentes que ningún plan ciudad puede llevarse a cabo sin incorporar los factores de la  “accesibilidad”. Aún se tiende a buscar soluciones y olvidar que un porcentaje importante del país requiere de soluciones accesibles para su movilidad.

Hemos aprovechado también de actualizar nuestro contenido e información que entregamos a través de la página web. Tratamos de adelantarnos a nuevas tendencias en la ciudad para entregar las soluciones que combinen e incorporen el derecho de todos por ciudades accesibles.

Para que la gente entienda… ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a una ciudad accesible?

PP: Es una ciudad, urbanismo e infraestructura que te permita poder acceder, circular y usar los espacios sin dificultad, independiente de tus habilidades físicas, sensoriales o intelectuales. Es poder usar el transporte público, usar los paraderos, circular sin riesgos por las veredas, cruzar calles, acceder a oficinas, colegios, al trabajo, etc. todo ello en forma independiente, sin importar si vas en silla de ruedas, usas una ayuda técnica, eres una persona sorda o ciega o tienes dificultades para comprender situaciones.

Esto es algo que depende únicamente del Estado, ¿o hay cosas que podemos hacer cada uno de nosotros para colaborar con que cada ciudad sea cada vez más accesible? ¿cuáles son estas cosas? 

PP: No hay nadie que quede excluido de instancias de accesibilidad e inclusión. Todos podemos aportar o influir al respecto. La mejor accesibilidad física puede quedar anulada con un trato negativo hacia las personas con discapacidad, todos estamos llamados a dar oportunidades en igualdad de condiciones. Abandonar los prejuicios y miedos, contratar a personas por sus competencias, no negar oportunidades por su forma de desplazarse o comunicarse, incorporar a niños con discapacidad a los juegos, a los colegios. También en la rutina diaria, pensar en los demás y no dejar el basurero en la mitad de la vereda lo que podría causar un accidente a una persona ciega y hasta respetar y enseñar el correcto uso de un estacionamiento para personas con discapacidad. Son muchas las actitudes diarias que se suman a las dificultades que viven las personas con discapacidad y que llamamos “barreras actitudinales”.

En términos de porcentajes… si hablamos de malls, restaurantes, supermercados, hoteles, bencineras, etc… ¿qué porcentaje de locaciones dirías que son realmente accesibles para todos en nuestro país? 

PP: Es muy difícil una estimación porcentual. La accesibilidad tiene la dificultad que se basa en los detalles, cuesta mucho definir un lugar 100% accesible. Los lugares no se miden en forma aislada, la accesibilidad responde a una cadena de situaciones: cómo llego, si hay un estacionamiento disponible o transporte público adaptado, el acceso, las circulaciones, si hay o no un baño accesible, si es un lugar de permanencia, si el mesón me permitirá firmar un documento, si me podré comunicar, etc. Si bien existen muchos lugares “accesibles” también es probable que fallen algunos eslabones de esa cadena.

Desde el 2016 formas parte de la Red Mujer Impacta. ¿Crees que esto ha ayudado y colaborado para que la misión de Ciudad Accesible se vaya cumpliendo?

PP: Ser parte de la Red Mujer Impacta es un reconocimiento visible por un trabajo, no desde el tema personal, sino por la gratificación de sentir que el esfuerzo vale la pena. 

Vivimos en una sociedad que tiende a lo negativo y Mujer Impacta nos reconforta haciendo visible el trabajo y esfuerzo de mujeres que toman un rol protagónico y ejecutivo ante las carencias.

Mujer Impacta es contenedora, abierta a colaborar en herramientas para nuestro trabajo. En concreto, a Ciudad Accesible le ha permitido visibilizar su trabajo, hemos recibido otras premiaciones que se originaron desde Mujer Impacta y nos han colaborado en oportunidades de dar testimonio en prensa y publicaciones.

¿Qué esperas para el futuro? ¿Cómo imaginas un mundo ideal en términos de inclusión?

PP: Espero que esta causa no sea necesaria, que el mundo se entienda como lo que es. Las personas no respondemos a un molde, el valor está en cada uno y debemos crear ambientes donde las oportunidades no estén diferenciadas por un peldaño o una barrera de  comunicación. El aprovechar aquellas oportunidades y sacar sus potenciales, dependerá de cada uno. Pero al menos, tener opciones equivalentes y no limitadas porque caminas, piensas o sientes de una forma diferente al estándar.