Aunque tiene solo 18 años, hace tiempo que Isidora tiene clara su bandera de lucha: construir un país más diverso e inclusivo. Con el objetivo de derribar barreras de accesibilidad, creó una iniciativa que la convirtió en la Mujer Impacta más joven de la historia de la fundación.

Corría el año 2011, y en medio de las cámaras y focos del escenario de la Teletón, Isidora Uribe (18) se daba a conocer a todo el país al ser elegida como Niña Símbolo de la campaña de ese año. Aunque tan solo tenía seis años, ese momento marcó un precedente en ella. “Ahí empecé a ser realmente consciente de mi condición. La discapacidad era algo cotidiano para mí, pero salté a un mundo lleno de prejuicios y estereotipos”, dice. “Gracias a ese espacio de visibilización me di cuenta de que teníamos que empoderarnos, de que mi realidad importaba y que tenía que alzar la voz”.

Desde ese entonces, sin importar su edad o su condición, la jóven se ha embarcado en una difícil lucha: generar cambios estructurales en torno a la inclusión dentro del país.

Isidora nació con tan solo seis meses de gestación. La prematurez derivó en una parálisis cerebral y una diplejía espástica que afectó su motricidad y la movilidad de sus piernas. Aunque no puede caminar sin ayuda y le falta fuerza en sus manos, desde pequeña Isidora sintió que eso simplemente era parte de su identidad. “¿Qué hay de malo?”, pensaba.

Si bien cuando se convirtió en Niña Símbolo se dio cuenta de cuán necesario era visibilizar y combatir las problemáticas en torno a la inclusión, no fue hasta que vivió en carne propia episodios de discriminación para que ese se convirtiera en su objetivo de vida. “Escuchar mensajes negativos en torno a la discapacidad me empezó a afectar, era súper potente porque en el fondo uno igual busca aceptación”, dice.

La discriminación llegó a su punto cúlmine cuando Isidora tenía diez años e ingresó a un nuevo colegio. “Me veían como un bicho raro. Una vez me caí y estuve mucho rato en el suelo porque nadie quería recogerme”, recuerda. Pero ese lugar– además de ser su peor pesadilla – la impulsó a convertirse en quien es hoy. “No les guardo rencor, porque sin esas experiencias yo no hubiese podido crecer hacia la aceptación personal de comprender que mi discapacidad no es un error, es parte de mi identidad y de lo que soy”.

Sobrepasada por el bullying y la exclusión escolar, Isidora decidió cambiarse de establecimiento. “Mis papás estaban desesperados por matricularme en un colegio, pero todos les cerraban las puertas sin conocerme”. Cuando por fin pudo retomar sus estudios, sintió que renacía. “Me empecé a dar cuenta de que mi discapacidad no era un error ni algo que yo tuviese que cambiar, sino que la sociedad no estaba preparada para recibir a personas diversas”, asegura. “Después de todo el bullying que sufrí, tuve un quiebre a nivel de activismo y decidí ser agente de cambio y hacer algo por los demás”.

Esas ganas de cambiar el mundo pudieron canalizarse cuando, ese mismo año, su profesora de tecnología pidió como tarea que crearan un proyecto que cambiara algún aspecto de la sociedad. A Isidora se le vino a la mente un problema básico que sufren las personas con discapacidad: “No podemos usar el transporte público así que generalmente nos movemos en auto, pero cuesta mucho encontrar algún lugar donde estacionarse”. En ese momento, se le ocurrió crear una aplicación que encontraba estacionamientos inclusivos de manera fácil y rápida.

En 2020 Isidora siguió expandiendo sus horizontes y fundó Encuentra tu Lugar, una página web que ayuda a las personas con discapacidad a encontrar espacios inclusivos y accesibles, desde estacionamientos a colegios, universidades, entretención y trabajo. La iniciativa la llevó a ganar el Premio Mujer Impacta 2023, por lo que ahora –de la mano de la fundación– espera seguir derribando barreras sociales y arquitectónicas de accesibilidad. “Yo quiero ir más allá, quiero lograr un cambio sistemático. Da lo mismo si tienes discapacidad o no. La inclusión es necesaria porque acepta las diferencias”.

El activismo de Isidora se ha hecho notar, pues ha participado de instancias nacionales como internacionales y ha sido premiada en innumerables ocasiones. Es joven agente de cambio de la Organización Internacional Ashoka, es parte de ONU Mujeres, la destacaron como Mujer Innovadora desde las disciplinas STEM por Google, fue seleccionada dentro de las 100 mujeres líderes del año 2022, fue parte del Foro juvenil ECOSOC por ser reconocida como joven líder mundial, entre muchos otros reconocimientos. “Lo más difícil de todo ha sido aceptarme como soy porque la concepción de la discapacidad es súper negativa. La ven como un error, como algo que hay que mejorar, y eso está intrínseco en nuestra cultura”, dice. “Espero que nuestro país tenga una legislación en torno a la inclusión, pero más que eso, quiero que se transforme en una cultura que valore las diferencias”.