Es una tendencia creciente, que ha llamado la atención en los últimos días: cada vez más mujeres se incorporan a los directorios de las empresas en Chile. 

El 31 de marzo vino la primera novedad: Canal 13 incorporó a Alicia Zaldívar, ingeniera comercial de la Universidad Católica, consultora y con 24 años de experiencia en medios de comunicación, y a Carolina Altschwager, sicóloga de la Universidad de Chile a su directorio. A ellas se sumó, además, una asesora: Roberta Valenca, gerenta general de Coca Cola Chile.

Luego, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) informó que por primera vez casi un cuarto de su consejo general estará compuesto por mujeres a partir de mayo. Si hace diez años había solo una mujer en el consejo general de la asociación gremial, hoy la realidad es distinta: ya van 14, el 23% del total.

Pero este no es el único caso. Las AFP anunciaron que postularán cinco nuevos nombres a los directorios donde participan, y tres de ellos serán de mujeres. “Sabemos que podemos marcar una diferencia importante impulsando la equidad en este ámbito”, dijo a Pulso la presidenta de las AFP, Alejandra Cox. 

Otro de los cambios más significativos ocurrió la semana pasada en la acerera CAP, empresa cuyo directorio históricamente ha sido masculino. Tres mujeres se incorporaron al directorio: la ingeniera comercial Manola Sánchez, la abogada Patricia Núñez y la economista María Olivia Recart. 

De forma similar, se ha adelantado que en las próximas elecciones de Empresas Copec se postulará a Soledad Arellano, quien fue subsecretaria de Planificación y Cooperación, y luego subsecretaria de Evaluación Social en el primer gobierno de Sebastián Piñera.  

En Colbún, empresa del grupo Matte, la prensa ha informado que podrían elegir a Marcela Angulo, ingeniera civil con especialización hidráulica y sanitaria de la Universidad de Concepción, y en Parque Arauco postularán por primera vez a Ana María Orellana, ingeniera comercial UC y MBA en The Wharton School en la Universidad de Pennsylvania. 

En la misma línea la empresa eléctrica Enel, cuyos directorios son integrados por hombres, informó recientemente que espera cambiar la tendencia. La compañía propone dos mujeres para el directorio de Enel Chile: Mónica Girardi e Isabella Alessio, ambas italianas y ejecutivas de la firma. 

También la Bolsa Electrónica incorporó a la primera mujer como directora en sus 32 años de historia. Se trata de la economista y gerente de Inversiones Nogaleda, Paulina Yazigi. 

Importancia de los cambios

La tendencia es clara en comparación con el año pasado. En 2020 solo existían 29 mujeres en las mesas directivas de las principales empresas del país, lo que representa apenas el 10,1% versus el promedio de 25,5% de los países de la OCDE, según el handbook de género 2020 de la Comisión de Mercado Financiero (CMF).

Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de Comunidad Mujer, dijo a La Tercera que “cada vez más empresas están notando que tener mujeres en la toma de decisiones es un buen negocio”. 

Por su parte, Alejandra Mehech, directora de la Red Mujeres Alta Dirección y quien fue elegida como una de las consejeras de Sofofa afirmó a Mujer Impacta que “mayor diversidad en los directorios genera mayor valor para las compañías”.  

“Yo lo que he visto es que cuando se incorporan mujeres en los directorios, cambia el tono de las conversaciones, se incorporan más temas a éstas y, por lo tanto, ambas cosas juntas agregan más valor a la compañía. Eso hace que una visión única o consensuada de un cierto tema hoy puede ampliar su mirada y en esa amplitud de mirada a lo mejor podemos tomar mejores decisiones”, agregó.  

Para Alejandra Mehech, esos cambios en los directorios de las empresas traen consecuencias directas para la sociedad. “Las empresas son un actor súper relevante en el quehacer en la sociedad, porque dan empleo, porque entregan productos y servicios a la sociedad y porque se interrelacionan con la comunidad. Entonces todo lo que haga la empresa finalmente tiene un impacto. La incorporación de mujeres a la empresa puede hacer que ésta sea mejor. Consecuentemente, la firma va a entregar empleo de mejor calidad, los productos y servicios van a ser mejores y las comunidades que se ven afectadas por la acción de la empresa, indudablemente tendrán un nivel de bienestar superior”, concluyó.