La protección del medioambiente ha ganado cada vez más protagonismo en los debates sobre el desarrollo de Chile y el mundo.

Solo en nuestro país, el Ministerio del Medioambiente se ha comprometido a velar por cinco Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS): ciudades y comunidades sostenibles (en particular la calidad del aire y los residuos); producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina y vida de ecosistemas terrestres.

No es de extrañar, entonces, que este sea uno de los temas considerados clave en la Convención Constituyente. Al menos 12 constituyentes elegidos participan activamente en distintas organizaciones ambientales que buscan, entre otras cosas, dotar de derechos a la naturaleza y la desprivatización del agua.

“En ese contexto, para la Fundación Mujer Impacta es fundamental visibilizar a personas de la sociedad civil que desde hace mucho tiempo vienen desarrollando iniciativas para garantizar la protección del medioambiente y lograr que Chile sea un país mejor en esa materia”, afirma María Paz Tagle, directora de la Fundación Mujer Impacta.  “En algunos casos, se trata de mujeres que se han enfrentado a situaciones muy complejas en sus vidas, pero que aun así han sacado fuerzas para trabajar por sus comunidades”, añade.

Aquí, algunas de esas historias:

Natalia Rebolledo

Después de ocho años de trabajar en el sector público, Natalia Rebolledo (Premio Mujer Impacta 2020) consideró que debía apoyar al Estado desde fuera y complementarlo. Así, fundó la Fundación Un Alto en el Desierto, que trabaja para formar redes con la comunidad local, las escuelas, universidades, autoridades y empresas en torno a la reutilización del agua para hacer frente a la crisis hídrica que está viviendo el norte de Chile.

La fundación cuenta con una red de 15 escuelas rurales que reciclan “aguas grises” (5.000 litros al día), gracias a un sistema diseñado entre la Fundación, la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle. Se les llama “aguas grises” a las que se originan, por ejemplo, en el uso de lavadoras, el lavamanos y la ducha. Esto permite desviar el alcantarillado de estas tres fuentes y llevarlo a un fondo común. Ahí, se acumula el agua y se trata con un filtro especial, que permite reutilizar este recurso después de unos días, en acciones como el riego de árboles frutales y ornamentales.

Gracias a este sistema, detalla Natalia Rebolledo, su fundación ha podido ahorrar el equivalente a 100 camiones aljibe al año

Sobre el debate Constituyente, es clara: “Creo que lo más importante es que la Constitución consagre el derecho humano al acceso al agua como prioritario, considerando un equilibrio ambiental, es decir que no sobrepasemos los límites naturales con nuestras actividades productivas”.

Rossana Cortés

Rossana Cortés (Premio Mujer Impacta 2019) se separó y se quedó con sus cinco hijos. Pero no tenía trabajo, ni posibilidad de conseguirlo, no tenía cómo darles de comer, entonces decidió entregarlos al papá y a su exsuegra para que se hicieran cargo de ellos

Con su nueva pareja, comenzó a idear la posibilidad de hacer algo por su entorno, un legado no solo para la comuna de Tierra Amarilla, sino para que sus hijos estuvieran orgullosos. Un día, un grupo de empresarios chinos arribó a la localidad y les contó que nunca dejaban residuos contaminantes en los espacios mineros. Fue ahí que Rossana tuvo la idea de utilizar los relaves mineros para fabricar eco-adoquines y mejorar la calidad de vida de su entorno.

Estos ladrillos ecológicos desarrollados por Rossana Cortés pueden utilizarse para construir plazas, caminerías y parques justo en esos sitios que hoy están ocupados por residuos contaminantes. Los eco-adoquines son un producto con muy buena resistencia, puede ser usado incluso para reemplazar la pavimentación de las calles, porque soporta los vehículos. Es innovador, ecológico y seguro. Todas las investigaciones han arrojado resultados favorables: los ladrillos no son contaminantes y tienen una vida útil de más de una década.

Sobre el debate constituyente, sostiene que “lo importante es que la nueva constitución se trabaje por nuevos modelos de desarrollo, porque hablamos de una nueva forma de productividad”. Y ejemplifica: “La producción de eco-adoquines significó un cambio del modelo de productividad. De esa misma forma se vuelve a sintetizar en la Constitución”.

“Debe de haber un modelo de desarrollo, sustentable y amigable con el medio ambiente y para eso es necesario que el país apoye y fomente las iniciativas que tengan que ver con un desarrollo sustentable, como energía solar, eólica, reutilización de desechos que antes se tomaban como basura. Tiene que ver con ser más inteligentes y volver a utilizarlos”, añade.