Durante los últimos años, Chile ha sido testigo privilegiado de una saga de eclipses, incluyendo tres totales de sol (uno en el norte, otro en el sur y uno en la Antártica). Sin embargo, en una inédita coincidencia cósmica, ahora será testigo de dos eclipses, uno solar y uno lunar, con apenas dos semanas de diferencia: uno el pasado 30 de abril y ahora uno este domingo.

Frente a esos eventos, Nadia Valenzuela, Premio Región Mujer Impacta 2018, comenta que “a veces los seres humanos nos creemos el centro del universo… Basta mirar el cielo y te das cuenta de que los seres humanos no lo somos”. 

Profesora de Educación General Básica, Nadia ha ido motivando a los niños en el conocimiento y desarrollo científico de alto nivel, contagiándoles por cierto su propio entusiasmo en un área que le apasiona: el desarrollo científico.

Su trabajo con la comunidad involucra a sus alumnos, quienes a través de distintos proyectos se están convirtiendo en agentes de cambio. Sus estudiantes también han aprendido a amar la ciencia cantando, disfrazándose, escribiendo cómics e incluso enviando sus nombres a Marte en una sonda espacial de la NASA.

“Siempre he trabajado en contextos de extrema vulnerabilidad social. Siento que es ahí donde me necesitan los niños. Desde esa vereda estoy generando cambios. La asignatura de ciencias naturales no les llama mucho la atención en un principio, pero de a poco voy haciendo que vayan aprendiendo e interesándose en ella”, dice.

Nuestra Mujer Impacta ha recibido múltiples reconocimientos por su trabajo vinculando a los estudiantes con las ciencias: recibió una beca que le permitió especializarse en Astronomía en Heidelberg, Alemania; un premio de la municipalidad de la ciudad de Contulmo por sus aportes a las ciencias espaciales y el Global Teacher Prize Chile por ser un agente de cambio que está dejando huella en sus estudiantes, en su comunidad e incluso más allá del planeta Tierra.

En particular, Nadia recibió el reconocimiento de la Fundación Mujer Impacta por su proyecto de granjas espaciales. “Se trata de experimentar con semillas y observar cuáles responden favorablemente al cambio de eje de la gravedad. De esa forma, podríamos entender cómo se comportarían las semillas en la luna o en Marte y preparar el camino hacia el futuro”, afima.

Aunque no es astrónoma, ella se ha vinculado directamente con varios proyectos vinculados a esta ciencia, cuyo Día Internacional se celebró el pasado 15 de mayo.

“Chile es la capital de la astronomía. Mi primer acercamiento al cielo fue a los siete años, con el paso del cometa Haley. Ahí me di cuenta por primera vez de la inmensidad del espacio y la pequeñez de los seres humanos… Espero llegar a los 87 años para ver el paso del cometa nuevamente”, sostiene. 

Es por eso que Nadia ha buscado acercar la astronomía a sus estudiantes: “Espero nunca perder la capacidad de asombro, ni el interés de seguir mirando hacia arriba. Y que los niños hagan lo mismo”. Para ella, el hecho de que en los últimos años Chile haya sido testigo de grandes eventos astronómicos como los eclipses ha producido que más personas se interesen por esta ciencia. “Los niños ahora miran el cielo desde otra perspectiva”, concluye.