El diseño urbano juega un papel imprescindible en el día a día de todas las personas y de todas las ciudades: las personas se desplazan, se comunican y pasan una importante parte de su tiempo en las calles. Por lo tanto, estas deben ser diseñadas de la forma adecuada, para que los habitantes de una ciudad puedan disponer de espacios que resulten cómodos, amplios y seguros.

En otras palabras, el diseño urbano de un lugar debe girar siempre entorno a las personas que habitan en él. Eso es algo que Pamela Prett, Mujer Impacta 2016, sabe muy bien: dos de sus cuatro hijos tienen discapacidad y a raíz de esto, sin tener ningún conocimiento previo al respecto, Pamela comenzó a estudiar las normativas y leyes sobre discapacidad y en 1999 creó la Corporación Ciudad Accesible.

En el marco de la celebración mundial del día de los urbanistas, el 8 de noviembre, Pamela Prett comenta sobre el rol de las ciudades para la calidad de vida de las personas.

¿Cuáles son las principales características de las ciudades de hoy?

“Nuestras ciudades perdieron la capacidad de acoger las necesidades de seguridad y desplazamiento de sus habitantes. Esto se refleja especialmente en la calidad de nuestras veredas, espacios cada vez más reducidos, llenos de obstáculos y sub dimensionados para las necesidades de movilidad de las personas. Las tendencias actuales apuntan a revalorizar la ciudad para el ciudadano. Esto significa recuperar espacios entregados históricamente a los automóviles en calles y estacionamientos para reconvertirlos en espacios públicos para las personas, aumentar los espacios “verdes” y vías peatonales de calidad. Los países más desarrollados no olvidan que la variable accesibilidad universal es fundamental en estos nuevos diseños. La ciudad es para el disfrute de todos sin importar su forma de moverse o comprender”.

¿Son nuestras ciudades “inclusivas”?

“No, lamentablemente aún falta mucho para definirlas como “inclusivas”. La “inclusión” se genera a partir de equiparar el desarrollo y participación de todas las personas y para eso es requisito y fundamental ser “accesibles”. La ciudad aún no otorga esa equivalencia en el desplazamiento, los costos y esfuerzos de las personas con discapacidad para lograr equivalencia en el desplazamiento por la ciudad son todavía muy altos”.

¿Qué es necesario para que lo sean?

“Que las autoridades y gestores comprendan que cada vez que se realiza una reparación, adecuación o se genera un nuevo proyecto las soluciones deben estar basada en principios de diseño universal. El concepto de diseño universal se refiere precisamente a cómo podemos facilitar o modificar variables, para que todas las personas puedan ser parte de nuestra comunidad. Atreverse a innovar con soluciones que reflejen la importancia de diseñar para las personas, poner el foco principal en nuestras veredas y su continuidad a través de cruces peatonales, paraderos y el transporte público, cadena que recoge la mayor forma de movilidad diaria en una ciudad”.

¿Qué rol juega una buena planificación urbana en la promoción de la igualdad entre los ciudadanos?

“Es clave planificar la ciudad y replantear en los diseños las nuevas tendencias. Mejorar el espacio público es una de las claves para recuperar territorios, devolverlos a los vecinos y erradicar violencia e inseguridad. Aumentar los parques, áreas seguras e iluminadas pueden devolver barrios completos a sus vecinos. Toda planificación urbana tiene que considerar principios universales de uso que determinarán cuán seguras e inclusivas serán para sus habitantes”.

¿Qué esperas de las ciudades del futuro?

“Espero “ciudades accesibles”, confiada en que se entenderá el beneficio que trae a todos sus habitantes, en especial a aquellos más vulnerables. La accesibilidad no es una característica, es una tendencia social que trae beneficios a todos los ciudadanos aumentando la seguridad, extendiendo la autonomía y reflejando un espíritu de poner el foco en las personas”.

Por último, en el día del urbanismo, ¿qué mensaje le gustaría dejar?

“Un llamado a la innovación en el urbanismo, a mirar la ciudad centrada en las personas. Para ello debemos dar señales que reflejen acciones pensadas desde la pirámide de movilidad invertida, donde los principales actores son las personas con todas sus diferencias. Ser consecuentes con los discursos y entender que para afirmar que somos “inclusivos” debemos necesariamente tener una ciudad accesible”.