Por María Paz Tagle
Cuando me preguntan qué considero un buen liderazgo, no dudo en contestar: aquel que es humano y cercano, con rapidez de reacción y de toma de decisiones, y aquel que cuenta con una comunicación clara y directa. No es de extrañar, entonces, que al pensar en un buen liderazgo, me vengan a la mente liderazgos femeninos.
La empatía, la inteligencia emocional, la escucha activa, la preocupación por el otro son algunas de las habilidades claves del liderazgo femenino, según distintas investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos años. Recientemente, Harvard Business Review reveló que las mujeres que ocupan puestos directivos tienden a tener mejores evaluaciones en competencias como inspirar y motivar a otros, establecer relaciones, y trabajar en equipo. En la misma línea, una publicación en la revista Science demostró que la inteligencia colectiva de los grupos pequeños aumenta si hay más mujeres en ellos.
Durante la pandemia del nuevo coronavirus quedó aun más en evidencia la importancia de contar con liderazgos femeninos. Desde el punto de vista sanitario, las mujeres han estado cuidando a los enfermos de Covid-19: aproximadamente 70% de la fuerza laboral mundial de salud está compuesta por mujeres, de acuerdo con la OMS.
Además, varias vacunas han sido desarrolladas en base a tecnologías realizadas por mujeres, como la bioquímica húngara Katalin Karikó. Eso sin contar, por supuesto, las miles de ollas comunas que han sido formadas por mujeres en toda Latinoamérica, 345 de ellas en Chile, según cifras oficiales. Y, según un reciente estudio de Vértice Urbano junto a ONU mujeres, el 68% de las iniciativas solidarias en pandemia fueron lideradas por mujeres.
Todo lo anterior no debe sorprender a nadie. En los casi 10 años que llevamos con la Fundación Mujer Impacta, lo que más nos ha quedado claro es que las mujeres están día a día transformando realidades. La actividad social femenina, ya sea a nivel familiar o a nivel comunitario, con o sin un emprendimiento social, a través de una organización o como persona jurídica, es de alto impacto.
Nos hemos maravillado los últimos años conociendo las historias de mujeres que hacen un gran aporte a su comunidad en materias tan diversas como la educación, la salud, la infancia, la inclusión, los adultos mayores, la economía y los emprendimientos. Muchas de ellas, mujeres que han vivido experiencias dolorosas, pero que han decidido hacer más por su país a raíz de sus propias vivencias.
Este 2021 no ha sido distinto. La convocatoria al Premio Nacional de Mujer Impacta recibió más de 500 historias de mujeres de todo Chile. Y después de un largo proceso de lectura, análisis, conversaciones y votaciones, pudimos, con un selecto jurado, elegir a siete mujeres que se unirán a las 58 que ya pertenecen a la Red Mujer Impacta. Estamos honradas de darlas a conocer este martes a las 19:00 a través de nuestro canal de YouTube.
Las mujeres han demostrado una y otra vez lo imprescindibles que son para aplacar diversos problemas en nuestra sociedad, incluso cuando tienen que lidiar con trabas para su desarrollo y crecimiento.
No me quedan dudas de que los tiempos actuales exigen un liderazgo femenino. Solo no lo ve quien no quiere hacerlo.