Sandra Corrales es una mujer que suma reconocimientos. En 2016, su fundación Deportistas por un Sueño fue destacada por las Naciones Unidas, por ser “una de las pocas entidades del mundo que vela por los derechos de los niños con patologías de carácter crónicas terminales, promoviendo, respetando y exigiendo sus derechos”.
Al año siguiente, fue premiada por la Fundación Mujer Impacta por su trabajo.
Y hoy, en el Patio de las Camelias, en el Palacio de La Moneda, fue reconocida por la importante labor que realiza “en el cumplimiento del sueño de miles de niños que enfrentan importantes dificultades”.
“Estoy nerviosa, estoy contenta, estoy feliz. Es un reconocimiento único en Chile: embajadores de la vida y protectores de la infancia. El Palacio del gobierno me llama a cada rato, reconocen a nuestros embajadores y a mí por la gran obra que estoy haciendo. Estoy muy feliz”, cuenta.
No es poco lo que está haciendo. Desde hace años, Sandra Corrales -exdeportista de alto rendimiento- entrega medallas a niños que no tienen la oportunidad de ganar nunca en alguna cancha, pero que tienen su condecoración por su lucha, perseverancia y constancia en la vida y de cara a la muerte. Visita, junto a otros deportistas y artistas, hospitales, fundaciones, colegios especiales y reconoció a cada uno de los pequeños cuya valentía le recordaban al niño de sus sueños.
Apoyada por el Estado chileno, su fundación se encuentra en la constante misión de brindar apoyo a cientos de menores afectados con enfermedades complejas y terminales, a través de la campaña: “los niños crónicos y terminales también tiene derecho al amor, al respeto y dignidad”.
Deportistas por un Sueño busca brindar apoyo a menores con hidrocefalia, tumores, piel de cristal, entre otros diagnósticos. Entre otras cosas, Sandra y su equipo ayudan a los niños y a sus familias a obtener pensiones de gracia, alimentos, ayudas técnicas y servicios fúnebres, además de talleres de magia, risoterapia, cuenta cuentos y cine-teatro. Hace algunos años, por ejemplo, la fundación hizo una gran campaña de donación de órganos tras la cual logró salvar la vida de un niño.
“Nosotros luchamos por los niños como si fueran nuestros hijos. Somos una familia”, comenta. Además, antes de que los niños partan, Deportistas por un Sueño busca cumplir algún deseo de los menores. Los llevan al estadio, los presentan a alguno de sus cantantes favoritos, celebran una Navidad fuera de época, los llevan a la piscina, lo que sea. En ese proceso, ha sido testigo de la partida de casi 130 menores.
“Queremos entregar esperanza a los niños, aunque no la haya y ser representantes de los verdaderos campeones de Chile, que son ellos”, afirma. “Yo siempre los he visto como verdaderos campeones: yo no me saco fotos con nadie, ni con presidentes, ni con senadores, ni con artistas famosos, con nadie, pero siempre me voy a sacar una foto con un niño, siempre”, concluye.