Un llamado urgente a la acción: Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Cada 17 de junio, el mundo se une para reflexionar sobre un problema que avanza rápido: la desertificación y la sequía. Estos fenómenos, agravados por el cambio climático y las actividades humanas insostenibles, afectan directamente a la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la biodiversidad. Sin embargo, la lucha contra ellos no solo es un desafío ambiental, sino un imperativo moral.

La desertificación no es un destino inevitable. Es el resultado de malas decisiones: sobreexplotación de los suelos, deforestación y modelos agrícolas que valoran más el rendimiento económico a corto plazo que la sostenibilidad a largo plazo. Las sequías, por su parte, están siendo intensificadas por un clima en constante cambio, derivando en impactos devastadores para millones de personas.

Pero ¿qué podemos hacer?, Adoptar hábitos de consumo más sostenibles, apoyar políticas que promuevan el uso racional y reúso de los recursos hídricos, la reforestación. Incorporar el agua en los programas educativos. Llevar a la práctica las propuestas que por años se han convertido en palabras sin acción.

El impacto de lo que hagamos en forma individual y colectiva son pequeños pasos con grandes repercusiones.

Hoy, más que nunca, es vital recordar que la desertificación no solo roba vida al suelo, sino también esperanza a las generaciones actuales y futuras. Y aunque estos días haya llovido el problema sigue vigente.

Es hora de actuar, de exigir un cambio y de proteger al planeta que nos sustenta. Porque en nuestra lucha por hacer Un Alto en el Desierto, cada gota cuenta.