A los 11 años, Andrea Henríquez fue víctima de un brutal bullying escolar. Unos años más tarde, el ver que una compañera sufría lo mismo que ella, decidió crear un modelo de intervención escolar para erradicar la violencia en su colegio. Hoy ese modelo ha sido implementado por su fundación “Volando en V” en más de 70 colegios.

Un mañana, Andrea vio a una niñita esconderse entre las plantas, se acercó a ella para preguntarle qué le pasaba, a lo que la pequeña respondió aún llorando, que sus compañeras la molestaban siempre y que no tenía amigas.

Los insultos, los apodos y la soledad le eran familiares a Andrea, lo había vivido en carne propia hace algunos años. Gritos, empujones, ataques virtuales y fotos ofensivas fueron parte de lo que ella también vivió.

La mente de Andrea regresó a un episodio de su vida repleto de angustia, inseguridad y miedo. Recordar lo que había vivido en esa etapa de su vida la hizo pensar ¿cuántos más? Cuantos niños como ella se han sentido solos, incómodos al tener que ir al colegio, culpables y ansiosos. Ahí comprendió que esa etapa había marcado su vida para siempre.

“Era una mañana calurosa y oscura, estaba en la mitad del patio del colegio y se me acercó una compañera para decirme: ‘no vayas para allá’. Le pregunté por qué, pero no quiso responder. Se puso nerviosa y sólo reiteró su recomendación. Ahí me di cuenta que todas las que generalmente me molestaban, estaban riéndose. Llevaban puestas unas poleras blancas, con un cuadrado rosado lleno de insultos y la imagen de una Barbie, que se suponía que era yo. Me quedé paralizada mientras sacaban de una bolsa más prendas iguales y las repartían al resto del colegio.”

Recuerda cada detalle, nadie merece pasar por algo así. Fue en el patio del colegio, junto a esa pequeña escondida tras las plantas, que nació la promesa de hacer todo lo posible para ayudar a otras víctimas de acoso escolar. Así nació Volando en V.