Carolina Bravo es cirujana dentista y ganadora del premio Mujer Impacta 2023, por su trabajo con Sonríe Siempre. Mediante esta ONG de odontología social, ha devuelto sonrisas a quienes más lo han necesitado.

“¿Por qué elegiste ser dentista?”, le preguntó el pololo de su sobrina en medio de una celebración familiar. Su hermano Jorge, se levantó y volvió a contar la historia que tanto le enorgullece: “Yo les voy a contar, yo le escogí la carrera”, dijo.

Carolina Bravo siempre había sido muy estudiosa y tenía excelentes notas en la enseñanza media, por lo que una vez que terminó el colegio, tenía muchas carreras para elegir. Pero ella sólo quería estudiar gastronomía. Su hermano, que estudió esa misma carrera, le insistió que si él hubiese tenido las oportunidades de ella, habría estudiado otra cosa porque ser chef es una profesión muy sacrificada. Ella, cansada de su insistencia, le dijo que hiciera lo que quisiera.

Jorge llenó la ficha de postulaciones de su hermana y en primer lugar, escribió odontología. “Lamentablemente, soy una persona de palabra. Cumplí, entré a odontología y me costó mucho al principio porque de verdad no me gustaba”, cuenta. Sus habilidades de aprendizaje le ayudaron en la carrera, pero no fue hasta su cuarto año, cuando un amigo la invitó al voluntariado Grupo de Odontología Preventiva de la Universidad de Talca, donde descubrió su verdadera pasión.

Fue a unos trabajos voluntarios de Constitución en el 2009. En una extensión horaria de un consultorio, llegó una chica de 17 años que casi no hablaba y cuando lo hacía, se tapaba la boca porque le daba vergüenza mostrar sus dientes: tenía siete caries grandes en los dientes de arriba, en las paletas y en los caninos. Como Carolina tenía solo media hora por paciente, se puso de acuerdo con su equipo y así pudieron atender a la chica y arreglaron su sonrisa. Ella no lo podía creer. “Desde ahí entendí por qué yo tenía que ser dentista. Ahí entendí que siendo dentista podía cambiar vidas”, confiesa.

El Grupo de Odontología Preventiva transforma vidas al brindar atención a quienes carecen de acceso a dentistas debido a diferentes barreras. Además, inspira a profesionales a enamorarse de la odontología social, lo que llevó a varios compañeros de Carolina a descubrir su vocación a través del voluntariado.

Ya para el 2011, Carolina era vicepresidenta del grupo de voluntarios y se ganaron un fondo concursable para llevar a cabo un operativo en Rapa Nui. Cuando tenían todo listo para comenzar, el proyecto se cayó por dificultades locales, pero ella se quedó con la intención, porque conocía las necesidades de los isleños. Por ello, fue de vacaciones en el 2013, y dejó su currículum porque tenía ganas de quedarse en la isla. En abril del año siguiente, se estableció en el corazón de Rapa Nui, contribuyendo a la gestión del proyecto y trabajando en el hospital Hanga Roa. Esta experiencia allanó el camino para realizar el primer voluntariado en la isla en 2016. La idea de acercar la salud bucal al ombligo del mundo se volvió necesaria, por lo que en 2019 fundaron la ONG Sonríe Siempre.

El acceso geográfico

La ONG reúne a expertos en salud bucal y profesores de la Universidad de Talca para realizar voluntariados anuales en Rapa Nui, brindando atención gratuita a la comunidad local durante una semana. Su objetivo es ampliar estas misiones a cuatro veces al año. Aproximadamente 2.500 personas se han beneficiado, y llevan entre siete mil y ocho mil acciones preventivas realizadas solo en los operativos grandes.

Carolina Bravo destaca que el gran problema que ve es el acceso geográfico. “La gente, incluso teniendo facilidad económica, no tenía acceso a profesionales. Tenían que viajar al continente, dejar su rutina y su vida por un tiempo y finalmente, muchos tratamientos quedaban a medias o fracasaban y las personas terminaban perdiendo sus piezas dentales”, dice y agrega que por eso surge la necesidad urgente de cerrar esta brecha a través de profesionales que vayan cada cierto tiempo de manera constante a generar acceso total a la salud bucal.

Además, cree que es importante concientizar a las personas a través de la educación: “A nosotros nos derivan pacientes psicólogos y psiquiatras, porque hay personas que pueden desarrollar depresión o tener baja autoestima por tener los dientes chuecos, o que le falten piezas. Por eso a veces no sonríen, y eso merma su bienestar”, dice Carolina.

Impacto social

“Estamos súper contentos de poder ser impulsados por Mujer Impacta y de acceder a las herramientas que la Red nos brinda. Las posibilidades de cursos, capacitaciones, en general todo el empuje que brinda a sus premiadas y en este caso a mí, en representación de la ONG”, menciona Carolina, quien se integró en agosto de este año a la red de emprendedoras sociales que apoya la fundación.

Sus reflexiones sobre cómo debería ser más fácil acercar la salud y la educación a las personas, antes que realizar procedimientos invasivos, es una de las lecciones que busca transmitir desde la ONG. Por ello –dice– no descansará hasta que todos puedan sonreír siempre. “Lo que la ONG me da, no me lo da ninguna otra de las pegas que tengo, es como alimentar mi alma. Es una semana en donde damos tanto, que quedamos llenitos para todo el año”.