Marcada por una infancia triste en su natal Francia, logró convertirse en una de las figuras más importantes de la historia de la moda. Es, de hecho, la única diseñadora de moda destacada entre las 100 personas más influyentes del siglo XX por la revista Time. Feminis- ta, visionaria e innovadora, rompió los esquemas de elegancia impuestos en la opulenta Belle Époque, proponiendo para la mujer un vestuario más sencillo y cómodo durante la Primera Guerra Mundial. 

El traje sastre femenino y posteriormen- te el perfume Chanel No5 son dos de las más icónicas creaciones
de su marca, Chanel, hoy sin
ónimo de lujo y sofisticación. 

¿Cómo te presentas? 

Viví mi vida dando por sentado que todo lo que no me gustaba tendría un contrario, algo que sí me gustara… Durante mi infancia sólo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Sólo el orgullo me salvó. 

¿Qué te gustaría contarnos sobre lo que haces?
La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero… La moda pasa de moda; el estilo, jamás. 

¿Qué te ha inspirado? 

No existen mujeres feas, sólo muje- res que no saben arreglarse. 

¿Qué herramientas crees que tene- mos las mujeres para transformar la sociedad?
Se triunfa con lo que se aprende… Si 

has nacido sin alas, no hagas nada por impedir que te crezcan… Sólo vives una vez; por eso mismo, diviértete… Las mujeres podemos darlo todo con una sonrisa y recuperarlo después con una lágrima. 

¿Algún consejo de moda que quie- ras compartir?
Menos es más… La simplicidad es la clave de la verdadera elegancia… La elegancia no consiste en ponerse un vestido nuevo… No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase… Antes de salir de casa, mírate al es- pejo y sácate un accesorio. 

*Frases extraídas de internet.