1883-1971

Aprendió a pintar tras un grave acci- dente que sufrió a los 18 años y llegó a convertirse en una de las artistas más influyentes de América Latina. Casada con el también pintor Diego Rivera, durante su vida atravesó por dolorosos procesos que la inspiraron para dar vida a obras muy perso- nales, centradas principalmente en ella y en las raíces de su tierra natal, México. 

¿Cómo te presentas? 

Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrella- dísimas… No me hace falta comprar vestidos ni otras cosas semejantes, porque como “tehuana” ni siquiera uso calzones ni me pongo medias… Yo quiero construir. Pero no soy sino una parte insignificante pero impor- tante de un todo del que todavía no tengo conciencia. 

¿Qué te gustaría contarnos sobre lo que haces?
No sé si mis cuadros son surrealistas o no, pero sí sé que representan la expresión más franca de mí misma. 907 – 1954 

¿Quién te ha inspirado? 

La tristeza se retrata en todita mi pin- tura, pero así es mi condición, ya no tengo compostura. 

¿Qué consejo nos darías a las mujeres? 

Cada “tic-tac” es un segundo de la vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es sólo sa- berla vivir. Que cada uno lo resuelva como pueda. 

* Frases extraídas de diversos documentos, poemas, notas y cartas de Frida Kahlo.

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