A pesar de que las niñas cuentan con cada vez más referentes de mujeres en áreas de la tecnología, y pese a que las mujeres han liderado la recuperación de la matrícula en la Educación Superior en 2021, un reciente estudio de Acción Educar, elaborado con las bases de datos del Consejo Nacional de Educación de Chile (CNED), reveló que todavía son muy pocas las jóvenes que ingresan a las carreras de tecnología.

De acuerdo con la investigación, la mayor participación femenina se da en Salud (77%) y Educación (76%), mientras que las únicas dos áreas con ingreso femenino menor al masculino es en las Fuerzas Armadas y de Orden, que tiene participación femenina de 25% y las carreras de Tecnología, asociadas a la Ingeniería, Computación, Mecánica, Electrónica y Construcción, entre otras, con participación de 20%.

El reporte también señaló que la baja matrícula femenina en las áreas tecnológicas es una tendencia que se ha mantenido a lo largo de la última década.

La situación, sin embargo, no se produce solo en Chile. Según el estudio de la Unesco sobre la educación de niñas y mujeres en STEM, solo el 35% de los estudiantes matriculados en carreras relacionadas a estas áreas en el mundo son mujeres.

Se tratan de cifras preocupantes si consideramos que la ciencia y la tecnología, de acuerdo con diferentes investigaciones, definirán los puestos de trabajo del futuro. Es más: diversos informes apuntan que las STEM poseen un gran impacto en la transformación económica y social que se está experimentando, siendo además factores fundamentales en la innovación, el desarrollo sostenible y el crecimiento inclusivo.

Queda claro que no se puede pensar en un futuro emergente sin la participación de las mujeres en esas áreas. La pregunta lógica sería entonces ¿qué falta? Según la Unesco es imperativo empoderar a las mujeres desde edades tempranas para que estudien y cursen carreras STEM. Además, se requieren de respuestas holísticas e intersectoriales integrales que permitan la participación de las niñas y las mujeres en la búsqueda de soluciones para hacer frente a los desafíos persistentes. Es necesario, por sobre todo, demostrarles a las niñas y jóvenes que pueden ser un factor de cambio social.

Marisol Alarcón, Premio Mujer Impacta 2020 por su iniciativa Laboratoria, que brinda herramientas de programación para mujeres, sostiene que la incorporación de mujeres en carreras de tecnología “solo genera espacios más diversos, con miradas distintas, que enriquecen la discusión de los desafíos, de los problemas y de los productos que están desarrollando”.

“Por lo tanto, la incorporación de mujeres solo genera mayor creatividad, mayor riqueza en las conversaciones e ideas y, por ende, mejores productos y servicios”, comenta, añadiendo que se necesita “más visibilización de las científicas y su trabajo, de las emprendedoras, de todas aquellas mujeres que se han desarrollado y destacado en estas disciplinas, para que las jóvenes puedan ver lo que se puede lograr”.

Además, Marisol Alarcón sostiene que está en la sociedad el poder derribar mitos desde la época escolar, ya que no existen diferencias entre niños y niñas en términos de aptitud, numerosos estudios así lo han demostrado. “Está comprobado que no existe un motivo por el cual las mujeres no estén metidas en tecnología y hoy, a través de mecanismos de formación no tradicionales, en poco tiempo las mujeres pueden adquirir habilidades que se requieren para poder estar insertas en los diferentes equipos de trabajo”, concluye.