La infancia de Andrea Hernández marcó su destino y la preparó para convertirse en la motivación de las nuevas generaciones. “Siempre pienso que todo lo que viví y pasé en mi infancia me preparó para lo que soy hoy”, afirma.
A los ocho años sufrió el abandono y debió criar a sus hermanos. Supo salir adelante y formar una familia.
Más tarde, la primera vez que asistió a la iglesia se fijó en la cantidad de niños que estaban en la calle drogándose y consumiendo neopreno. “Les pregunté por qué hacían eso y me contestaron: ‘porque así pasamos el hambre, tía’. Eso me dio el empujón necesario para satisfacer a las necesidades de los niños”, relata.
Conmovida por el panorama, empezó a ayudarlos; primero les daba desayuno, después también el almuerzo. “Con el tiempo me empecé a involucrarme emocionalmente con ellos, iba todos los días. Pasó a ser parte de mi vida”, comenta.
Todo eso fue el puntapié inicial para crear la Fundación Las Parcelas, en La Pintana, por la cual ha sido reconocida con el Premio Mujer Impacta en 2014.
Actualmente su iniciativa tiene a 50 niños de entre 2 y 15 años inscritos. Ellos han sufrido situaciones de maltrato, abandono o abuso, y la fundación realiza diferentes tipos de actividades, todas las tardes, con ellos. Los fines de semana están en la jornada completa realizando actividades y les dan desayuno, almuerzo y colaciones.
Hoy, Andrea busca ayuda para hacer su casa hogar, no pagar más arriendo y poder cuidar a más niños. “Nuestra casa hogar ha sido un oasis para ellos. Con el amor y cuidado que les brindamos en la Fundación Las Parcelas, esos niños han sanado”, afirma, añadiendo que “gracias a Mujer Impacta que nos sacó a la luz y a la Red que nos hizo visible, nos empezaron a llegar colaboradores a la Fundación”.
Andrea sostiene que “cuando ayudas a un niño, ayudas a la Nación, ayudas al país entero” y concluye: “Antes de partir de este mundo, quiero dejar un lugar seguro para los niños”.