La pandemia del COVID19 nos ha obligado a quedarnos en casa y actualmente todos los niños de Chile están continuando sus estudios en su hogar, acompañados de sus familiares. La actual situación ha puesto a prueba los sistemas y bien sabe de eso Anne Traub, directora de la fundación Niños Primero y ganadora del Premio Mujer Impacta 2019. Su labor en educación para primera infancia ha tenido que reinventarse para poder seguir con el acompañamiento emocional y educativo de miles de niños de familias vulnerables.
¿Cómo están enfrentando la situación actual en Niños Primero?
Como fundación que basa su intervención de educación en primera infancia en sesiones de trabajo domiciliarias que se desarrollan en las casas de los niños y sus familias, la necesidad de distanciamiento social producto de la expansión del Coronavirus, nos obligó a buscar rápidamente otra forma de seguir cumpliendo nuestro rol.
Por un lado, nos dimos cuenta que hoy más que nunca no podíamos dejar solos a los niños y sus familias, y por otro, que teníamos que reaccionar rápido. Así, desarrollamos el programa “Feliz Virtualmente” que nos permitió seguir realizando de manera no presencial nuestra labor, que busca no sólo potenciar el ámbito cognitivo de niños de contextos vulnerables, sino también el vínculo afectivo con los padres y cuidadores.
Con este nuevo modelo, como Fundación seguimos entregando el material educativo presencial a los niños y sus familias, pero las sesiones se realizan de forma online o telefónica, donde se busca involucrando a los padres para que tomen su rol como el primer y más importante educador de sus hijos.
¿De qué se trata la App que crearon y qué necesidades resuelve?
Ekid es una aplicación que monitorea en línea y en forma georreferenciada el desarrollo del programa en terreno. Así, cada vez que una monitora llega a la casa de la familia, abre la App y el sistema arroja de inmediato la hora de inicio de la visita y la ubicación geográfica, y cuando esta finaliza registra el fin de la sesión. Esto nos ayuda a que desde las oficinas centrales se pueda hacer seguimiento en tiempo real a las visitas que se realizan en las diferentes 17 comunas del país donde estamos presentes, permitiéndonos ser eficientes, reportar de forma transparente y llevar un exhaustivo control de gestión de cara a nuestros donantes.
¿Cómo están trabajando en conjunto con las familias?
Durante este período, acompañamos a las familias de manera virtual. La Fundación dispone de una monitora que se contacta por videollamada o facetime dos veces por semana, durante 30 minutos, donde juntos realizamos las actividades con material educativo (juguetes, libros educativos) proporcionado previamente por la Fundación de manera presencial.
La idea de esta nueva modalidad es mantener el trabajo con la mamá y el niño, de manera de fomentar el vínculo familiar, las habilidades parentales y las habilidades cognitivas, a la vez que acatamos las medidas de distanciamiento social dispuesta por el Gobierno.
¿Qué resultados están teniendo?
Los niños con acceso a este tipo de programas obtienen mejores resultados en pruebas estandarizadas (SIMCE), llegan 20% adelantados frente a su grupo de control al colegio, necesitan 50% menos derivación a especialistas (psicopedagogo y terapeuta ocupacional, entre otros) y reducen 30% su deserción escolar.
La clave del programa es que logra cambiar la situación de muchos hogares, donde los padres pasan de ser indiferentes de la realidad de sus hijos a tomar el papel que les corresponde como el primer y mejor educador. Este es uno de los objetivos de Fundación Niños Primero, acortar las brechas de oportunidades de niñ@s que viven en contextos vulnerables, a partir de un innovador modelo de estimulación temprana, Parent Child+, traído desde Estados Unidos.
¿Cómo ves que tiene que evolucionar el sistema educativo en Chile?
Creemos que se debe avanzar hacia un mayor foco en la educación pre-escolar con una mirada integral, que busque no sólo fortalecer las habilidades cognitivas, sino por sobre todo impulsar el desarrollo socio emocional y el vínculo con las familias, que es precisamente lo que forma la personalidad de los niños y les da las herramientas necesarias para enfrentar su futuro de mejor manera.
En Chile el 30% de los menores de cero a 5 años vive en situación de pobreza multidimensional, lo que sitúa a nuestro país entre los ocho con mayor pobreza infantil entre los 36 miembros de la OCDE. En 2018, el presupuesto total en educación parvularia del Ministerio de Educación fue de US$ 1.311 millones, esto es menos de la mitad de los US$3.032 millones aporte fiscal a la educación superior, según cifras de la Dipres para ese año. ¿Por qué invertimos menos de la mitad en educación parvularia si sabemos científicamente que es donde por lejos está la mayor rentabilidad social? Probablemente sea por que su rentabilidad política de corto plazo no es muy alta.
¿Qué mensaje quieres transmitir a las familias que hoy están en sus casas?
Mi mensaje es aprovechar estos días para fortalecer el vínculo con nuestros hijos. Mucho más allá de las exigencias educativas que podamos tener de parte de los colegios, es importante preocuparnos del bienestar integral de nuestros niños y de ser capaces de construir un clima familiar de tranquilidad, contención y cariño par enfrentar este difícil período y convertirlo en una oportunidad de crecimiento para todos.