“No dejen que una etiqueta marque el destino de sus hijos”. Con esas palabras, Maritza Bustos, Premio Mujer Impacta 2017 y pionera en el estudio de la Terapia ABA, hizo un llamado a los padres con niños pertenecientes al espectro autista. 

La invitada de este martes al bloque semanal “Ciudadanas que impactan” en ADN Radio (https://www.adnradio.cl/) junto a los periodistas Aldo Schiappacasse y Sandra Zeballos sostuvo que “el autismo sí tiene esperanza. Pero depende no solo del niño: la familia es fundamental”. 

De acuerdo con Maritza Bustos, independiente del diagnóstico que un niño reciba, pude progresar.

Lo dijo desde su propia experiencia: cuando su segundo hijo cumplió el primer año de vida, los doctores le explicaron que no podría caminar y luego confirmaron que tenía autismo. El pronóstico que los profesionales le daban era muy poco esperanzador.

“A pesar de ello, mi hijo logró caminar, logró superar su aversión al agua, aprendió a no escaparse, a medir los obstáculos. Muchos van a decir que sus hijos tienen un tope. Yo invito a los padres a no resignarse. Sus hijos van a aprender, de manera distinta, pero van a aprender”. 

Su persistencia por dar una mejor calidad de vida a su hijo, la llevó a investigar y acabó encontrando la prometedora Terapia ABA (Análisis Conductual Aplicado), una de las más reconocidas a nivel mundial por su efectividad, que entonces no existía en Chile.

Decidió traerla a nuestro país y fundó el Centro de Terapia ABA a través del cual no solo ha apoyado a más niños, niñas y adolescentes como su hijo a romper los pronósticos desalentadores de especialistas, sino que a capacitar para que más personas, como ella, puedan tratar directamente a sus hijas e hijos.

La terapia

El Análisis Conductual Aplicado (ABA) es una rama de la psicología que ha proporcionado estudios científicos de calidad, demostrando su eficacia en diversos procedimientos y técnicas conductuales, no sólo en la reducción de comportamientos inapropiados o violentos, sino que en el aumento de conductas adecuadas y nuevas habilidades.

Se trata de una terapia que se adapta según diversos parámetros, a las necesidades, fortalezas y debilidades específicas del niño, niña y adolescente, por lo que no es una seguidilla de pasos estandarizados aplicados a todos y todas por igual con la esperanza de que en alguno funcione.

“Lo que enseñamos a los papás es que no sean terapeutas, sino que apoyen a sus hijos a través del juego. Si le hacen sonreír, está teniendo una instancia positiva. No piensen que debe ser todo estructurado. Traten de que el momento que están con sus hijos sea de relajo. Sé que es difícil. Que haya 15, 30 minutos ricos, es mucho mejor a esos momentos prolongados que pueden terminar siendo malos o frustrantes”, detalló.

Maritza Bustos también explicó que, a través de la terapia ABA es posible descubrir el origen de un problema específico de los niños y buscar soluciones personalizadas.  

Es algo fundamental para nuestro país, ya que ha habido un aumento del diagnóstico de autismo en el último tiempo, según informaron los investigadores en el congreso sobre la materia que se realizó en Chile en 2019. Antes, un niño cada 150 era diagnosticado con autismo. Hoy, es uno cada 66 niños. 

El impacto de la pandemia

Las dos grandes esferas que se ven afectadas en el TEA son la comunicación social y los intereses restringidos y conductas repetitivas. En general se trata de conductas más bien rígidas, poco flexibles y se sienten más cómodos teniendo rutinas que les permitan anticiparse a lo que viene. Por eso, la cuarentena afecta mucho más a los niños con autismo.

Primero, porque cambian todas sus rutinas; por ejemplo, no van al colegio, no asisten a terapias y se les restringe salir. 

En segundo lugar, porque los entornos cerrados suponen una carga psicológica más fuerte para ellos y sus cuidadores. Todo esto lleva a que la persona con TEA se descompense, aumente su ansiedad y presente alteraciones en su conducta.

Maritza Bustos ha asistido a muchas familias en esa situación durante la pandemia. “Pese a lo difícil que es, los papás no pueden darse por vencidos. Deben incentivarlos a tener experiencias sensoriales. Que salten en la cama, que jueguen. Solo así no hay un retroceso en sus avances”, afirmó. 

Maritza Bustos adelantó que este año ayudará a más familias a través de atenciones psicológicas con costos bastante bajos. “Es fundamental que los ayudemos en sus relaciones de pareja y sociales, porque si las dejan de lado por sus hijos, a largo plazo les pasa la cuenta”.