Grandes insdustrias y millones de autos contaminando el aire que respiramos. Aguas contaminadas que destrozan mares alrededor del mundo y van dejando aún más escazas las fuentes de agua potabilizable para consumo humano. Basura por doquier… apilada en grandes montañas o simplemente “escondida” bajo la tierra como quien barre y echa el polvo bajo la alfombra. Un consumo masivo, sin límites que se traduce en un mayor daño al planeta. Cada vez más especies de animales que se extinguen porque que van perdiendo sus habitat naturales. Y un sinfín de cosas más que podríamos mencionar durante largos renglones a lo largo de este texto… 

Lo cierto, es que hemos “ahogado” a nuestro planeta. No hemos cuidado nuestro hogar. Y finalmente, la tierra no pudo más y comenzó a darnos señales del daño que le estamos generando. 

Sin embargo, llegó el COVID-19… que nos obligó a parar y confirnarnos en nuestros hogares… en todo Chile, y alrededor de todo el mundo: las industrias dejaron de producir, los autos dejaron de transitar, las aguas recuperaron su color, la basura se redujo en espacios públicos, el consumo comenzó a reducirse a lo realmente necesario, los animales empezaron a recurperar espacios.  

Para conocer un poco mejor cómo este parate obligatorio que tuvimos que hacer está ayudando al planeta, conversamos con Rosario Hevia, fundadora y gerente general de Travieso (tienda de economía circular de ropa infantil) y fundadora de Ecocitex (fábrica de procesamiento textil que busca acabar con este tipo de desecho en Chile), que nos ayudará a entender mejor que está pasando y aún más importante: cómo podemos sostener estos beneficios en el largo plazo. 

El planeta hace rato que vienen dándonos señales de que algo no estamos haciendo bien. ¿Cuáles podrías decir que han sido esas señales? 

Creo que una de las maneras de darnos cuenta es a través de las estaciones del año: Tenemos inviernos menos lluviosos, veranos mucho más largos y más calurosos, sequías en muchas zonas. Son señales de que nuestro sistema de vida, en cómo vivimos y nos relacionamos está afectando el medioambiente  y que está en nosotros decidir actuar para aminorar estos efectos.

Se ha escuchado mucho decir que con la pandemia, que ha tenido al mundo en confinamiento, han bajado drásticamente los niveles de contaminación en todo el planeta… ¿Es realmente así? 

Al estar más tiempo en casa, llevar una vida más hogareña son varios los efectos en términos de contaminación que se producen, desde dejar de utilizar el auto, cocinar más y comer menos afuera, etc. A la vez en efecto de industrias más contaminante, la baja de vuelos aereos, la disminución de importación y exportaciones. El movimiento reducido tanto en una escala micro como más macro sin duda ha bajado los niveles de contaminación. Además es posible ver la disminución de contaminación en el aire de muchas ciudades, Santiago, Beijing, etc… 

El planeta es algo así como el “espacio público” común a todos… ¿qué cosas crees que podríamos sostener en el tiempo para que esto que se ha logrado de un modo “obligado” se conserve post pandemia? 

Creo que post pandemia volveremos a una realidad diferente y que será un momento único y especial en donde nuevas costumbres se podrían comenzar a instaurar o a motivar como el hecho de ir en bicicleta al trabajo para aquellas personas que pueden hacerlo, ayudando a descongestionar el metro, etc. Creo que es un excelente momento para que en post de cuidarnos, se introduzcan nuevas formas de vivir y que al mismo tiempo sean más sustentables. 

Hemos visto que el aire de China está mucho más limpio, los canales de Venecia casi transparentes. En Milán y Barcelona bajaron los niveles de NO2. Hemos visto animales recuperando espacios a los que hacía años no podían concurrir en cientos de partes del mundo… 
Pero puntualmente en Chile… ¿Qué cosas podríamos destacar? 

Hace algunos días atrás mostraban a unas toninas en el norte de Chile o el puma que llegó hasta Ñuñoa. Son episodios que nos recuerdan que debemos convivir, y que aunque llevemos años asentados en donde estamos, los seres humanos llegamos a ocupar sus montañas, sus ríos, sus mares. Para mi, son un llamado de atención de lo invasivos que hemos sido con nuestro planeta y los animales y con el poco cuidado y respeto que tenemos por su habitat. 

En Santiago, el aire y la contaminación siempre han sido un inconveniente. Intenta muchas veces reducirse la contaminación con la restricción de ciertos automóviles… pero, ¿Qué otras cosas podríamos hacer para colaborar a que el planeta respire mejor en este sector del país?  

Ser un consumidor consciente, cuestionarnos nuestro actuar y nuestras decisiones es algo que deberíamos practicar todos los días y en cada instante. No tan solo de cambiar de auto a bicicleta, que eso ya es muy bueno, sino tambien el cuestionarnos de donde viene la ropa que visto, o de donde viene el chocolate que estoy comiendo o de porque prefiero la marca A sobre la B. Ser un consumidor responsable es parte de decidir tener un planeta mejor para todos y de colaborar con eso. 

¿Qué rol tiene el estado en todo esto? ¿Crees que tomará medidas una vez que la vida se normalice en pos de cuidar todo aquello que ha mejorado?

El Estado tiene un rol importante y vital en la vida de muchos ciudadanos y creo que una vez que termine la pandemia las prioridades de este lamentablemente no serán el resguardar el entorno ambiental donde vivimos sino más bien el foco estará en que todos los chilenos podamos volver a tener salud y trabajo.  

Hay países que han desarrollado ciertas propuestas como el famoso Meet Free Monday en la que se intenta reducir el consumo de carne haciendo que nadie coma estos alimentos los días lunes… ¿Ves factible instalar políticas de este tipo en Chile? ¿Crees que nuestra sociedad está preparada? 

Creo que Chile está preparadisimo para ese tipo de actividades y más. Sin embargo creo que debemos como país primero solucionar las demandas sociales que se levantaron en octubre del año pasado como mejorar la situación de base con que muchas familias viven.

Cuando hablamos de reducción de gases contaminantes, de aguas contaminadas, de grandes bosques deforestados… pareciera que son problemas enormes que se van de nuestras manos. Pero, ¿cuáles son las pequeñas cosas que puede hacer cada una desde la casa para aportar con un granito de arena? 

Nosotros somos los que podemos generar los mayores cambios con nuestras decisiones diarias. Con un consumo consciente, reducir el consumo de las cosas innecesarias, aumentar el uso de las cosas que uno tiene, reparar, reutilizar, lo que más se pueda, y por último solo a aquello que no se le pueda dar mejor uso reciclarlo. 

Nosotros debemos hacernos cargo de que es nuestra responsabilidad todo lo que consumimos, al comprar avalamos toda la cadena productiva que sustenta ese producto, además nosotros somos responsables de todo lo que desechamos y esa noción de responsabilidad debemos a la vez transmitirla a nuestros hijos.

Por ejemplos es nuestra responsabilidad si compramos juguetes plásticos, que duran poco y después la mayoría de la persona los bota a la basura. Mejor seria comprar juegos de madera, que puedan heredarse de generación en generación.

Somos responsable si compramos ropa del fast fashion, ropa de baja calidad, que más encima generalmente está relacionada con la moda del momento, al comprarla avalamos la cadena productiva de la ropa, el bajo salario de las personas involucradas y luego aportamos al desecho textil. Comprar ropa usada, hacer trueque, comprar ropa de calidad que sea atemporal, comprar ropa orgánica, cada uno tiene distinto impacto en el planeta y las personas y debemos hacernos cargo que al elegir, avalamos la opción escogida.

Nuestras decisiones de que consumir y cómo dar de baja las cosas que no nos sirven son la base del problema que hoy vivimos. Este problema se acentúa cuando uno piensa que es el más grande el que tiene que hacer algo para que esto cambie, personas diciendo que son las empresas, las empresas diciendo que es el gobierno que debe actuar, los países chicos, diciendo que son los países grandes los que pueden mover la aguja y nadie finalmente haciéndose cargo de que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de hacerse cargo del problema que hoy vivimos.