La idea de crear Debuenafe surgió en 1999, cuando María de la Luz Larraín, ganadora del Premio Mujer Impacta 2016, viajó con un grupo de amigas hasta la IX región y se conmovió al ver la pobreza de su gente y, sobre todo, la realidad de muchas mujeres que debían dejar a sus hijos solos para poder salir a trabajar.

María de la Luz o “Uca” como le dicen todos los que la conocen, siempre sintió que de alguna forma tenía que “devolverle la mano a la vida” y pensó que esta era la oportunidad precisa de encontrar la manera de ayudar a estas mujeres de sectores rurales, muchos muy apartados.

A medida que iba recorriendo los pueblos, se fue dando cuenta de la gran habilidad de la mujer chilena para realizar oficios manuales como parte de su cultura. La mayoría creció viendo cómo sus familiares tejían telares, que por su gran tamaño, se armaban afuera de sus casas y solo durante el verano.

Su idea era que estas mujeres pudieran emprender desde su propio hogar y así compatibilizar su trabajo con la maternidad. Para ello había que empezar por hacer talleres para tejer durante todo el año, entregar microcréditos, realizar capacitaciones para seguir los diseños pedidos con sus medidas, perfeccionar las terminaciones, calcular los costos de cada producto y finalmente conseguir que la entrega fuera en un plazo determinado.

En el papel se ordenó todo rápidamente, sin embargo había que financiarlo idealmente sin pedir plata prestada. Si la idea era fomentar el emprendimiento “había que dar el ejemplo y financiarnos con nuestro propio negocio”,así que a la “Uca”, se le ocurrió pedir todo lo que las personas no usan, no necesitan o no les gusta, pero que está en buen estado, para que otro pueda utilizarlo.

Recorriendo casas de amigas y algunas fábricas que dieron sus productos de baja, empezaron a hacer las primeras ventas, con las que financiaron los cuatro microcréditos iniciales de un total de 4.500 conseguidos solo en la región de la Araucanía.