Desde pequeña, Paola Gateño sintió una vocación por el servicio social. Con solo 14 años apadrinó a niños con cáncer, y más tarde trabajó apoyando proyectos humanitarios de infraestructura, de Humanity Project (HUMP). “El área social es parte de mi vida y es parte de todo lo que hago. Creo que si uno entrega, tiene que entregar siempre lo mejor. Esa es mi dirección”, comenta.
Pero también la motivaba lo artístico, pues desde niña tomó cursos de arte y le encantaba pintar con óleo.
Con esas dos pasiones en mente, y ya de adulta, Paola hizo cursos de arte y estética en España, donde estudió la carrera de Estética Oncológica. Eso le permitió aprender a trabajar pieles afectadas por los tratamientos del cáncer. Es que “no se puede llegar y aplicar cualquier tipo de técnica sobre la piel de las pacientes, que es una de las más fragilizadas que hay, ya que la quimioterapia la debilita mucho”, explica.
Fue a raíz de lo anterior que, hace varios años, Paola creó un programa social gratuito llamado “Sólo por tu sonrisa”, en el que brindaba servicios a mujeres con cáncer de mama. Esa iniciativa la llevó a fundar la Fundación de Estética y de Micropigmentación Paramédica y Oncológica (Fempo), la cual ha funcionado por más de cinco años, done maquilla pieles de sobrevivientes de esa enfermedad de forma semipermanente, mediante la técnica de micropigmentación estética. Dependiendo de la zona, puede durar de uno a tres años, y requiere de retoques anuales para mantener su aspecto.
A quienes están comenzando las quimioterapias, les realiza trabajos de micropigmentación de cejas para que vayan recuperando su aspecto natural tras los efectos de la quimioterapia, y a aquellas que ya están terminando su proceso de mastectomía, les ofrece reconstruir sus areolas y pezones.
“Cada vez que se miran al espejo es duro para ellas, porque sus cicatrices les recuerdan que tienen cáncer. Luego de hacerse un procedimiento, se sienten algo más aliviadas del tormento que viven durante la enfermedad. Una vez que se les reconstruye la areola y el pezón tras la mastectomía, es cuando ya ven zanjada su enfermedad y vuelven a sentirse sanas y alegres, porque se empiezan a querer desde un cuerpo distinto, fragmentado, pero aun así lindo”, comenta Paola, reconocida por la Fundación Mujer Impacta en 2019.
En su opinión, su trabajo les genera una nueva esperanza a las pacientes. “Una vez, una mujer me dijo que para ella el cáncer era como cuando estás en un maremoto y estás ahogándote dentro de la ola, sin poder respirar, y que el trabajo que le hicimos significó el alivio de sentir que se podía salvar”, sostiene, añadiendo que la gratuidad del procedimiento importa, porque “saben que hay una persona que hace lo que hace sin un interés monetario detrás y con amor”.
“El arte es mi espíritu y lo social es mi alma”, comenta Paola, tras años realizando esa labor, que se ha expandido al extranjero: en España, tiene otra fundación que cumple la misma función que Fempo. Además, tiene un programa social a nivel mundial llamado Cruzando Fronteras, donde participa en la formación de profesionales que puedan realizar este tipo de procedimientos de forma gratuita a pacientes de distintos países.