“Crear esperanza a través de la acción”, ese es el tema del Día Mundial de la Prevención de Suicidio de este año, que se celebra cada 10 de septiembre. Según las últimas cifras oficiales de la Organización Panamericana de Salud, en 2019, 97.339 personas murieron por suicidio en la Región de las Américas, y se estima que los intentos de suicidio superan ese número 20 veces. El suicidio es, además, la segunda causa de muerte entre personas de entre 15 y 29 años.

Se trata de una triste realidad a la que debemos estar atentos como sociedad: los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que afecta no solo a las personas, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades.

El suicidio siempre es multicausal, y entre los factores de riesgo asociados a él están la pérdida laboral o financiera, el trauma o el abuso, los trastornos mentales y por uso de sustancias y las barreras para acceder a la atención médica. Prácticamente todo lo anterior se ha ampliado aún más con la Covid-19: un año después del inicio de la pandemia, más de la mitad de las personas encuestadas en Chile, Brasil, Perú y Canadá (entre otros) han informado que su salud mental había empeorado.

Sin embargo, el suicidio se puede prevenir. Paulina del Río, Premio Mujer Impacta 2019 por su Fundación José Ignacio -creada tras la muerte por suicidio de su hijo-, dice que lo primero que hay que hacer es derribar ciertos mitos. Entre ellos: “si yo le pregunto a alguien si está pensando en suicidarse le voy a poner la idea en la cabeza.  Muy por el contrario.  Hablar ayuda, el silencio mata.  Al preguntar calmadamente, sin escandalizarse, sin juzgar ni aconsejar, la persona siente que no está loca, que por desgracia eso le pasa a mucha gente y que hay salida”.

Otra idea equívoca es que quien se va a suicidar, no lo dice.  “No.  La inmensa mayoría de quienes se suicidan avisaron; lo que pasa es que no lo vemos porque lo pueden hacer veladamente “pronto van a descansar de mí”, “quizás yo no voy a estar para la fecha XXXX”, “me gustaría dormirme y no despertar nunca más”, etc.  Incluso cuando lo dicen directamente “me voy a suicidar”, nos cuesta mucho asumir que alguien que queremos piense en morir y tendemos a negarlo”, comenta Paulina del Río.

Asimismo, hay que derribar el mito de que quien dice que va a cometer suicidio está buscando llamar la atención. “Si alguien tiene que llamar la atención diciendo que se va a matar, es porque necesita atención y no sabe cómo pedirla.  No todo el mundo tiene los recursos internos y externos que se necesitan para pedir ayuda. Y nunca dejamos pasar un anuncio de suicidio, porque puede ser fatal esta vez”, dice nuestra Mujer Impacta.

Por último, Paulina del Río destaca que para prevenir un suicidio no hay que ser un experto. “Muchas veces basta con una oreja empática y sin juicios, abrazos, comprensión, para luego acompañar a buscar ayuda profesional.  Una preparación muy breve, de dos o tres horas sirve muchísimo, pero incluso sin ninguna preparación se puede ayudar”, comenta.

En la misma línea, Evanyely Zamorano, Premio Mujer Impacta 2020 por su Fundación Summer -creada en homenaje a su hija Katy, quien murió por suicidio tras una serie de situaciones de acoso escolar- dice que “la prevención del suicidio es posible y es un tema del cual hay que hablar. Nos costó una hija que en Chile no se hablara de suicidio y salud mental”. Evanyely explica que hay una serie de factores que podemos revisar para evitar la ideación suicida, como sentir soledad, sentirse una carga y sentir que nada va a mejorar.

“Desear dejar de sufrir no es igual a desear dejar de vivir. ¡La ideación suicida busca dejar de sufrir!”, comenta nuestra Mujer Impacta, quien indica algunos signos y síntomas que hacen posible la detección del riesgo suicida, como la búsqueda de formas de suicidio en internet; actos de despedida en el que se habla de un futuro en el que la persona no estará presente; conductas autolesivas; hablar o escribir de suicidio; alejamiento de los seres queridos; disminución del rendimiento académico o laboral; incremento en el consumo de alcohol y drogas y deterioro de la autoimagen.

Por eso, Evanyely recomienda a todos comenzar a ser solidarios, porque “hacer nada no es opción”. Asimismo, dice que “las malas experiencias justifican la desesperanza. Una sonrisa, un gesto amable y generoso fortalece la fe”. Evanyely también dice que se debe pedir ayuda y buscar apoyo.

En Chile existen distintos espacios de ayuda telefónica o en línea para personas que presenten pensamientos suicidas. Algunos de ellos son:

Salud Responde del Ministerio de Salud: 600 360 7777

Fundación José Ignacio: www.fundacionjoseignacio.org

Plataforma Saludablemente: www.gob.cl/saludablemente

Fundación Todo Mejora: www.todomejora.org

Fundación Summer: www.fsummer.org/

Hacer del suicidio un tema tabú no es una opción. ¡Criemos conciencia sobre la prevención del suicidio!